La reforma al Código Civil volvió a escena. Tras meses de congelamiento el Gobierno abrazó de nuevo esa idea que Cristina de Kirchner comparó al código Napoleón. Todo lo que cuestionaba la Iglesia de ese proyecto está hoy en discusión y de ahí que aparezcan chances de una votación. El debate no lo dirige el Congreso sino Cristina de Kirchner en contacto directo con José María Arancedo, tras el relanzamiento de relaciones en Roma. La Iglesia vio el espacio que se ofrecía en uno de los temas más conflictivos en su relación con el kirchnerismo y avanzó. Fue, es obvio, un movimiento de mutuas conveniencias. Ahora se comienzan a conocer los primeros "frutos" de ese debate: el Código Civil se tratará en junio; temas "ríspidos" como definición del comienzo de la vida, alquiler de vientres o adopción ya pasan por el tamiz. (Ver pág. 11.)
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