7 de abril 2022 - 18:07

Para Yedlin "el Norte está empobrecido pero no debería ser pobre"

El flamante titular de la Unidad Ejecutora "Norte Grande para la Equidad Social", el tucumano Gabriel Yedlin, analiza metas y desafíos de la iniciativa en el seno de Desarrollo Social. El impacto de la inflación y la apuesta a reconvertir planes, en la agenda.

Gabriel Yedlin, en su debut al frente de la unidad ejecutora el pasado viernes en Catamarca.

Gabriel Yedlin, en su debut al frente de la unidad ejecutora el pasado viernes en Catamarca.

“El determinante más importante hoy de lo social es la inflación”. La definición, cargada de apremiante coyuntura, corre por cuenta del tucumano Gabriel Yedlin, quien acaba de asumir al frente de la Unidad Ejecutora Especial Temporaria “Norte Grande para la Equidad Social”, en el seno del Ministerio de Desarrollo Social de Juan Zabaleta.

Yedlin, hasta ahora titular de esa cartera en su provincia y alineado con el jefe de Gabinete Juan Manzur, remarca que “la expectativa no es que esta unidad vaya a bajar la pobreza”, que “se va a bajar en la medida en que contengamos la inflación con un programa macroeconómico mejor y que se generen puestos de trabajo genuino”.

Destaca en cambio que su misión es “acompañar las necesidades de articulación de las políticas sociales nacionales con los ministros de Desarrollo de las provincias y, a través de ellos, con sus gobernadores”, en una región postergada por “décadas de políticas centralistas”.

Yedlin además enfatiza que “la mayoría de los beneficiarios de los programas sociales no quiere tener un plan sino un trabajo genuino” y resalta las posibilidades que comienzan a asomarse en tierra norteña para plasmar en los hechos la apuesta a reconvertir planes sociales en empleo formal que impulsa la cartera de Zabaleta, en medio de las tensiones con organizaciones sociales de izquierda.

Periodista: Acaba de asumir al frente de la unidad ejecutora “Norte Grande para la Equidad Social”, en el seno del Ministerio de Desarrollo Social nacional. ¿Qué misión y metas concretas de trabajo maneja para la región?

Gabriel Yedlin: La idea de esta unidad que nos ha ofrecido el ministro Juan Zabaleta es poder acompañar las necesidades de articulación de las políticas sociales nacionales con los ministros de Desarrollo de las provincias y, a través de ellos, con sus gobernadores. Busca intentar acompañar a la liga de gobernadores del Norte Grande en sus dinámicas sociales, canalizando sus necesidades -a través de los gobiernos locales- con el Gobierno nacional, con una mirada social un poco más amplia de lo que hace exactamente el Ministerio. El Norte de la Argentina es una zona que si bien está empobrecida, no debería ser pobre. Es una zona llena de potencialidades, de recursos naturales, de territorio, de producción de alimentos, pero ha tenido décadas de políticas centralistas que han ido dificultando las posibilidades de desarrollo. Por ejemplo, producimos la energía pero la consumimos más cara. En algún momento de la historia nos cerraron los ingenios, nos quitaron los trenes, las posibilidades de exportar, los subsidios al transporte y energía son distintos que en otros lugares… Siempre ha sido muy dificultoso el desarrollo de la región. La unidad acompaña esta nueva manera de mirarse entre los gobernadores del Norte, que uno lo ha visto ya en la puja por los subsidios al transporte y la energía. Este es un pequeño aporte más del Gobierno nacional en esta mirada federal que tiene el Presidente.

P.: Más allá de los matices según la provincia, ¿qué diágnostico general hace del presente que atraviesa el Norte Grande en materia social, y de los niveles de pobreza en particular?

G.Y.: Hay distintas maneras de medir la pobreza. En general uno la ve por ingresos, es la manera en la que mide el INDEC. Y mientras sea más caro comer, y mientras los sueldos y los ingresos sean más bajos, los niveles de pobreza van a ir subiendo. El determinante más importante hoy de lo social en general en el país -y por supuesto repercute más en los lugares donde los sueldos son más bajos y hay más informalidad laboral- es la inflación. La inflación en general y, sobre todo, la inflación en alimentos. Una inflación que es alta ahora y es alta hace ya algunos años. Pero la región sigue siendo postergada hace mucho más. La expectativa no es que esta unidad vaya a bajar la pobreza: la pobreza se va a bajar en la medida en que contengamos la inflación con un programa macroeconómico mejor y que se generen puestos de trabajo genuino. Y para eso tiene que haber inversiones, en obra pública, en fábricas, en producción de alimentos, y la generación de trabajo con derechos y más pagos. Ese es el camino. Y que los chicos puedan terminar la educación, terminar de formarse. Es un tema que no se soluciona con una unidad temporaria: es una unidad de articulación de las políticas sociales del Gobierno nacional hacia el Norte Argentino.

P.: Frente a la escalada inflacionaria, ¿percibe un escenario de crecimiento de la conflictividad social en las provincias del NOA y NEA?

G.Y.: La inflación, y la pobreza que la inflación genera, traen tensiones y dificultades, no sólo en el NOA y el NEA; también lo vamos a ver en los centros urbanos. Creo que lo más importante es intentar encontrar el esquema macroeconómico para trabajar de manera adecuada para ir bajando de a poco los niveles de inflación; claramente va a ser un tema gradual. El acuerdo con el FMI lleva previsibilidad, porque la inflación también tiene que ver con la incertidumbre. Cuando hay más incertidumbre hay más escalada inflacionaria.

P.: El Ministerio de Desarrollo Social nacional mantiene la postura de no generar nuevas altas de planes sociales para en cambio apostar a la generación de “empleo genuino”. ¿Cuál es el grado de dependencia hoy de los planes sociales en la región, qué posibilidades concretas hay de avanzar en esa reconversión a trabajo genuino en el Norte Grande y qué mensaje llevará usted en su contacto con organizaciones sociales de la región?

G.Y.: Vengo de ser ministro de Desarrollo de Tucumán. El escenario es el de una provincia y una región que empieza a tener más trabajo. Porque es distinto pensar en transitar los programas sociales hacia programas de empleo en un contexto donde crezca el empleo, o no. Si no hay crecimiento del empleo eso es una entelequia, es muy difícil que pase. Pero hoy está empezando a haber más trabajo; han subido los niveles de trabajo formal y sobre todo al venir de la mano de la obra pública, que dinamiza mucho el empleo. El Presidente Alberto Fernández ha firmado con la UOCRA un convenio para que todos los beneficiarios de los programas sociales que se han tomado para un trabajo formal no dejen de percibir el ingreso y pase a ser parte del salario que reciban, lo cual le facilita al empleador tomar más mano de obra. Y a su vez disminuye los aportes patronales. Lo mismo se ha hecho un convenio con UATRE, para los cosecheros y los trabajadores temporales. En la región del NOA y el NEA hay muchos trabajadores temporales que trabajan en la zafra de la caña y del limón, y muchas veces son de los trabajadores golondrina que van trabajando en distintos lugares. Que puedan ser tomados en blanco por las empresas sin perder sus programas, y que el beneficio pase a ser parte del salario. También se ha firmado con el gremio del turismo y la gastronomía. Y están empezando a haber ejemplos muy virtuosos de esta posibilidad. Esto va a tener más escala y se va a poder sostener en la medida en que el país crezca y genere oportunidades reales de trabajo. Ese el camino al que el Presidente, el equipo de gobierno de la Nación y los gobernadores están aspirando. Cuando tratás con la mayoría de los beneficiarios de los programas sociales, no quieren tener un plan: quieren tener trabajo genuino, con derechos, que cobren más, con obra social y vacaciones, con aportes a la jubilación. Eso es en el grueso de los beneficiarios. Y lo otro que hay que entender que hacen parte de los beneficiarios es cuidar, y el cuidado es un trabajo. Me refiero a cuidadores de primera infancia, de una escuela, de adultos mayores o con discapacidad. Esas tareas de cuidado también hay que entender que son un trabajo, y si es trabajo tiene que ser remunerado.

P.: Tiene rango de secretario nacional. ¿Su unidad manejará presupuesto propio? ¿Tiene ya asignado un horizonte de fondos disponibles para avanzar en programas y proyectos?

G.Y.: La unidad recién se ha creado y estoy empezando a tener reuniones con las áreas de Gobierno. Me imagino que va a tener su propio presupuesto, hoy no lo tiene pero sí lo va a tener. Lo que voy a hacer es ayudar a articular el Ministerio de Desarrollo y las otras áreas, que tienen sus presupuestos nacionales. Las necesidades de la gente son integradas y los presupuestos también tienen que ser integrados. No importa tanto en qué área estén: a la persona no le importa si es provincial, municipal o nacional, lo que quieren es que los podamos ayudar. Nosotros tenemos la obligación de llevar una respuesta integral a las personas. Esa va a ser mi función, y no me preocupa dónde esté el presupuesto. Lo que quiero es poder tener las capacidades de articulación para que llevemos respuestas integradas a la gente. Y a mi manera de ver, esto es siempre a través de los gobiernos locales.

P.: En esa línea, ¿la relación será con gobernadores o tendrá también dialogo directo y firma de convenios con intendentes?

G.Y.: Nosotros vamos a vincularnos especialmente con los ministros de Desarrollo Social de las provincias y, a través de los ministros, con los gobernadores y las áreas que digan. Si habrá algunos lugares en los que nos vincularemos con los intendentes será porque es la estrategia que más convenga. No es lo mismo una provincia más chica donde uno pueda convenir con el ministro y a través de eso con los municipios, que provincias que tienen más extensión.

P.: Frente a quienes mantienen una postura crítica respecto del crecimiento de la estructura estatal con nuevos organismos y alertan además sobre un potencial riesgo de manejo de fondos con tintes electorales en medio de la carrera hacia los comicios 2023 -la Región alberga gobernaciones sobre todo peronistas, pero las hay de distintos signos políticos-, ¿cuál es su mirada y qué diferencial cree que puede ofrecer esta unidad ejecutora temporaria?

G.Y.: Yo creo en un Estado que dé servicios. Y no es un funcionario nacional lo que va a cambiar el volumen. Buscamos y entendemos un Estado que dé servicios, que sea garante de la salud, educación y seguridad públicas, y que genere las condiciones para la inversión privada que genere trabajo genuino, con derechos. No voy a tener una estructura grande porque trabajaré con la estructura que ya está en los ministerios de las provincias; el Estado no va a armar unidades en cada provincia. En el Norte hay provincias que son peronistas, la mayoría, y hay otras que son radicales, con las que vamos a trabajar igual. Nuestra función es la de ayudar a articular las políticas sociales del Norte de la Argentina y poder mostrar la enorme potencialidad y riqueza que tiene. Y no es un tema partidario ni electoral. Lo primero que vamos a hacer es juntarnos con todos los ministros de todas las provincias, mis colegas. Vamos a darle más volumen a las políticas que se están ejecutando y a ayudar a ser un facilitador para que las cosas se resuelvan y canalicen. Y después seguramente van a surgir algunos temas específicos que hacen a la situación del Norte. Tengo enorme expectativa de poder ayudar muchísimo a una región, que es mi región. Y el agradecimiento al ministro Zabaleta y al Presidente, que especialmente tiene una mirada federal y está por darle al Norte de la Argentina una oportunidad, junto con la liga de gobernadores, que hace tanto tiempo la gente del Norte estamos esperando.

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