La principal economía del planeta está creciendo, pero no de manera tal que necesite un enfriamiento. Lejos está de ello. El desempleo está en niveles del 9,8% y en alza. No se generan los puestos de trabajo que Wall Street y Obama, principalmente, esperaban. En este contexto puede decirse que, como mínimo, en 2011 persistirán las bajas tasas en el mundo. Una bendición para la Argentina: habrá más ingreso de divisas apostando a los papeles locales, muy buscados por sus rendimientos de entre el 8% y el 9% en dólares. Con este escenario internacional, no hay dato político que pueda aguar el crecimiento en 2011 de la economía doméstica. Quizá sí el Gobierno debiera mirar de cerca la inflación, porque a estos valores cercanos al 30%, irá afectando lentamente el nivel de actividad. (Ver págs. 5, 9 y 10.)
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