2 de mayo 2018 - 11:13

“En algún momento cada comunidad va a tener que tener un parque industrial”

Martín Rappallini, titular de Red Parques, habló con Ámbito Biz sobre el presente del sector y los beneficios para las empresas de instalarse en ese tipo de predios. Destacó la importancia de crear comunidades autosustentables.

Martín Rappallini. Foto: Ignacio Petunchi.
Martín Rappallini. Foto: Ignacio Petunchi.
El Polo Industrial Ezeiza será sede el 17 y 18 de mayo de EPIBA 2018, un evento que apunta a promover el desarrollo de parques industriales, una tendencia que ha crecido con fuerza en los últimos años. En ese marco, el titular de la Red de Parques, Martín Rappallini, dialogó con Ámbito Biz sobre las ventajas que tienen estos predios para la actividad y sus impactos multiplicadores en las comunidades donde se instalan. Los organizadores de EPIBA 2018 esperan que en esas dos jornadas, con entrada libre y gratuita, quienes estén interesados en los parques industriales puedan recabar toda la información que necesitan, desde disponibilidad de áreas hasta opciones para su construcción y financiación. "Vimos que había un gran crecimiento de parques industriales, pero también una gran desinformación de lo que eran", explica Rappallini. "Queremos generar conciencia de los beneficios de los parques", añade. El evento contará con la presencia de funcionarios nacionales y provinciales y se espera la concurrencia de unas 10.000 personas.

Periodista: ¿Cuál es el panorama de los parques industriales en el país?

Martín Rappallini: Hoy hay 400. Es un proceso que comenzó hace 30 años. Y que en los últimos 10 años hubo una evolución justamente porque los requerimientos de las empresas para funcionar empezaron a ser más exigentes. Esto hizo que muchas compañías se tuvieron que reubicar en predios preparados para el uso industrial. Hubo una conciencia que hizo que se empezaran a construir parques públicos y privados, porque las empresas que estaban en el ejido urbano generaban disturbios para la población en general. Por eso este tipo de fábricas entendieron que debían trasladarse a este tipo de predios que son aptos.

P.: ¿Qué beneficios tiene estar en un parque industrial?

M.R.: El hecho de que un territorio se destine específicamente a eso implica que tiene ciertas características, como acceso a rutas, infraestructura para el funcionamiento, comunicaciones, etc. Se construyen también para reducir el impacto ambiental. La construcción de las empresas tiene ciertas normas que las hace sustentables en el tiempo. Una compañía que se radica en un parque ya estaría cumpliendo todas las normas que se le piden. Además, se trabaja mucho con economías regionales. En general, las empresas tienen dos lógicas: o se radican cerca de las materias primas o de los grandes centros de consumo. Se va generando dentro del parque una red de empresas (proveedores, empresas de servicios) relacionadas entre sí.

P.: ¿Qué está haciendo el Gobierno para impulsarlos?

M.R.: El proceso de crecimiento es permanente. Hay muchas empresas que siguen relocalizándose. Tenemos una expectativa muy grande de que en el momento en que se reactive la economía el crecimiento de los parques puede ser mucho más grande. Hoy por hoy hay un crecimiento por el fenómeno de relocalización. Si la economía empieza a crecer constantemente y tenemos créditos razonables para la inversión, podemos crecer mucho más. Hoy hay un impulso muy fuerte en las provincias y también sigue el plan de ANR (aportes no reembolsables), con montos de 3 a 5 millones de pesos que se le dan a parques públicos.

P.: ¿Qué proyección de crecimiento estiman?

M.R.: Entendemos que en algún momento cada comunidad va a tener que tener un parque industrial. Por eso es que estamos generando esta exposición, porque queremos generar la conciencia de la importancia de los parques industriales. Cuando hablamos de 3.000 parques en la Argentina no es que hablamos del corto plazo, sino que si cada comunidad empieza a desarrollar su área para la construcción, va a tener que haber 3.000 parques porque hay 3.000 comunidades. Y en las grandes ciudades puede haber 2, 3 o hasta 5, porque entendemos que es fundamental que cada comunidad tenga su espacio para producir.

P.: ¿Cuánto reducen los costos?

M.R.: Es difícil establecer un número porque hay distintos tipos de empresas, pero hay una gran reducción. Por ejemplo, en seguros, servicios compartidos, alimentación, o transporte. También bajan los costos de capacitación y los tiempos, porque todo se hace dentro del mismo parque. Pero además así las empresas están dedicadas a producir y no a otras cosas. Los parques permiten que se focalicen en un 100% en aumentar su productividad, que es lo que requieren las empresas en los países que quieren ser competitivos.

P.: ¿Cómo es la convivencia entre pymes y grandes empresas dentro de los parques?

M.R.: Absolutamente integradora. Hay una dicotomía falsa de empresa grande-empresa chica, porque en general la grande genera infinidad de trabajo para las pymes que giran alrededor de la cadena de valor. Es muy común que haya un montón de pymes brindado servicios a una empresa más grande.

P.: Y los parques tienen un impacto en las zonas en las que se instala...

M.R.: Fijate Tres Arroyos. Fue un proyecto de largo plazo y hoy tenés una ciudad que tiene pleno empleo, se ve el multiplicador de la industria. Siempre decimos que el empleo industrial genera muchos empleos a nivel servicios y comercios. Y además el Estado no tiene que hacerse cargo de ese empleo porque lo absorbe el sector privado. Los parques generan comunidades autosustentables. El gran desafío que tenemos es en las comunidades donde se producen materias primas ir hacia una escala mayor de valor.

P.: ¿Qué diagnóstico hace del presente de la industria?

M.R.: Está viviendo una etapa en la que está saliendo de una economía cerrada hacia una más abierta, y se tiene que empezar a integrar. Tenemos que lograr una integración inteligente, donde entendemos que las importaciones tienen que ser complementarias y tiene que haber un proceso de inversión fuerte para que las empresas sean competitivas. Hay que ver también que el sector industrial es uno de los que más sufren la presión fiscal, la alta inflación, las cuestiones laborales, y el costo financiero. El empresario industrial quiere invertir, pero es el que sufre en primera persona las dificultades para ser competitivos frente a otros países.

P.: ¿Es fundamental la reforma laboral?

M.R.: Por supuesto. El empresario argentino quiere competir, quiere invertir, no quiere vivir de prebendas, pero quiere tener las mismas condiciones que tienen en otros países. La mayoría de los empresarios son muy despiertos, competitivos, quieren integrarse al mundo, pero en las mismas condiciones.

P.: Antes mencionó la idea de importaciones complementarias; ¿hubo una apertura indiscriminada como acusan algunos sectores?

M.R.: No veo que haya pasado eso. Los números no lo reflejan. Hay una apertura, pero no es indiscriminada. Hay que ir acomodándose a esta nueva etapa de integración al mundo. Seguramente en ese proceso hay sectores más afectados.

P.: Pero mientras, tanto los precios no bajan...

M.R.: Tiene que haber competencia. Si no hay, los precios no van a bajar.

P.: ¿Cómo están impactando los aumentos tarifarios?

M.R.: Es un problema de manta corta y manta larga. Si las tarifas no se reacomodan, la plata la tiene que poner el Gobierno, emitiendo y generando más inflación y más problemas. Hay que ver cómo se baja el impacto en la población, y en especial en los sectores más necesitados. O sea, cómo compatibilizás la normalización de un sistema que era inviable, porque la energía la estábamos pagando entre todos, con la realidad social.



Dejá tu comentario