“La Argentina corre el riesgo de quedarse fuera del G-20”
«La Argentina corre el riesgo de quedarse fuera del G-20», advirtió ayer Federico Sturzenegger. El titular del Banco Ciudad sostuvo que el país debe moderar su tono con el resto del mundo para no perder el lugar en el grupo. Al ser consultado por las expectativas que tiene por el viaje de Amado Boudou a Washington -en el marco de las cumbres del G-20 y del FMI-, fue tajante: «Ninguna». El economista participó de un almuerzo organizado por el Club de la Unión Nacional, al cual asistieron también el exministro de Economía Roberto Alemann y diplomáticos, entre ellos los embajadores de China, Dinamarca y Australia. Respecto de la decisión adoptada esta semana por el Gobierno para aumentar la cantidad de directores en las empresas en que la ANSES tiene participación, Sturzenegger explicó que «es algo negativo en la medida en que desvía a las empresas de su objetivo principal que es generar ganancias».
Éstos son los conceptos más destacados del presidente del Banco Ciudad:
Entre 1990 y 2011, la Argentina es el segundo país que más creció en la región, detrás de Chile, la estrella de Latinoamérica. Después, separado, viene el pelotón. Si crecemos al 8% hasta el fin de esta década, tendríamos el PBI per cápita que tiene hoy España.
Cuando uno analiza el kirchnerismo, pone todo en un combo. Prefiero separar en dos etapas, perfectamente identificables. La primera es la de (Eduardo) Duhalde y (Roberto) Lavagna, donde Néstor Kirchner fue un pie de página. Esto fue entre 2003 y 2007, cuando se dio una fuerte recomposición del empleo, una tasa de inflación baja y un tipo de cambio competitivo.
Cristina de Kirchner dio vuelta todo esto para atrás. No hay un solo punto que no haya sido reversado. La tasa de desempleo está congelada desde hace cuatro años alrededor del 7,3%, mientras que Brasil y Uruguay la redujeron dos puntos. El salario real se mantuvo constante, aunque sin mejoras. Moyano tuvo mucho trabajo y logró compensar la inflación.
Está el problema de la mentira de las estadísticas oficiales, de las cuales la inflación es la más importante. Es un problema grave. Entre 2003 y 2007 hubo una reducción feroz de la deuda y un superávit fiscal del 3%. Hoy, si no se computa el impuesto inflacionario, el balance fiscal sería bastante negativo. Más todavía si se toma en cuenta el dinero que se usa para gasto corriente y que proviene de la ANSES.
En el Gobierno creen que la expansión monetaria genera actividad económica fuerte. No es necesario tener una inflación del 25%. Son 190 países (en el mundo) y son 5 que piensan esto. Ahora vemos una fortísima apreciación del tipo de cambio real que nos retrotrae prácticamente a la convertibilidad.
Hoy la carne en la Argentina está a un precio más caro que en Estados Unidos y esto es algo autoinfligido. El crecimiento de las exportaciones es el menor de Latinoamérica. Hoy no veo un riesgo de burbuja en el precio de los commodities como dicen (algunos presidentes europeos, entre ellos el francés Nicolas Sarkozy), porque la demanda es muy fuerte por el crecimiento mundial.
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