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La Fontana di Trevi, una fuente de dinero
Turistas claramente materialistas, que no por eso dejan de tener en cuenta por las dudas ciertas ilusiones porque lo ahorrativo no impide lo codicioso, sostienen que tirando de espaldas a la fuente las tres monedas juntas (eso es clave), eso provocará suerte económica o que, por lo menos, alguna fortuna traerá multiplicando con creces la modesta inversión realizada.
La fama de los dones de «la Fontana» crecieron cuando el tema musical «Three coins in the fountain» se universalizó en la voz de Frank Sinatra, y en la pegajosa melodía de Ray Conniff. A esto se agregó cuando el tenor Mario Lanza cantó «Arrivederci Roma», en la película del mismo nombre, paseándose entre los tritones que guían la carroza de Neptuno en la Fontana. Y más aún cuando la exuberante Anita Ekberg entra en la fuente invitando a Marcello Mastroianni a que la siga, en la famosa escena de «La dolce vita» de Federico Fellini. Escena que el director argentino Marcos Carnevale homenajeó en la película «Elsa y Fred», haciendo que China Zorrilla entrara en las aguas de la Fontana di Trevi.
n Una lluvia de monedas
Todas las semanas voluntarios de Cáritas recogen las monedas y lo obtenido es utilizado para fines benéficos, como lugares de asistencia para menesterosos y gente en situación de calle. En los últimos años la cifra recaudada no ha parado de crecer. En 2010 se juntaron 838.000 euros. En 2011 se recogieron 951.000 euros. Lo logrado en lo que va de este año permite suponer que se superará el millón trescientos mil euros, cifra que, según sostiene el sitio gurusblog al comentar la información, «no está nada mal si se tiene en cuenta que la entrega de dinero es absolutamente voluntaria», y, con la ironía que impone la situación actual de España para no quedarse en la mera depresión o la pura indignación, sostiene que «ante la crisis, la mejor inversión es comprarse una fuente, construir una leyenda (algo que en una época mediática es bastante fácil) y, como en todos los negocios, lo principal es la ubicación, es decir que esté en un lugar donde pase mucha gente».
Hay que agregar que «teniendo en cuenta el rendimiento diario que ofrecerá, hay que poner vigilancia». El aumento de ingresos en la Fontana di Trevi no sólo se debe a la especulativa generosidad de los turistas o a los desesperados que echan monedas en busca de una ayuda mágica como si jugaran a la lotería, sino también a que se han reducidos los robos. La Fontana está estrictamente vigilada todo el día, y quien intente llevarse monedas de sus aguas puede ser detenido.
n Sponsor salvador
Cuando se descubrió, meses atrás, que la Fontana di Trevi se estaba derrumbando, que se deterioraban esculturas y estucos, el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, salió en busca de un sponsor salvador, un patrocinador que solucionara el problema del mismo modo que ya se estaba haciendo con las zonas deterioradas del Coliseo. La inversión necesaria en la Fontana era de 200.000 euros. Rápidamente surgió un interesado, al que sin concurso alguno se le entregó la obra de reparación. Para el sponsor, la empresa Acqua Claudia, productora de agua mineral embotellada, era un buen negocio publicitario, le daba una visibilidad enorme y le otorgaba la posibilidad de crear algún eslogan al estilo de «el agua de Roma desde siempre». La oposición al alcalde Alemanno habló de negociado, corrupción y acuerdo entre parientes, y que el problema de la Fontana se hubiera arreglado juntando las monedas durante dos meses sin tener que pedir ayuda a nadie.
M.S.
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