8 de mayo 2009 - 00:00

“Los pools de siembra le hacen bien al campo”

«Se habla de rentas extraordinarias que no corresponden a la realidad. Se está perdiendo más del 30% con la sequía», aseguró Luis González Victorica.
«Se habla de rentas extraordinarias que no corresponden a la realidad. Se está perdiendo más del 30% con la sequía», aseguró Luis González Victorica.
Periodista: ¿Cómo transcurrió un 2008 conflictivo donde uno de los ejes de los ataques del Gobierno fueron precisamente los pools de siembra como los que usted administra?
Luis González Victorica: En realidad, son cadenas con contratistas, vendedores de insumos, propietarios y nosotros, los que administramos. Por alguna razón política se usó la figura de los pools como el mal de la agricultura cuando en realidad son el bien, porque permitieron el crecimiento de las cosechas mediante la incorporación de la tecnología por intermedio de estas redes. Además, se habla de los «grandes», pero en la siembra de 30 millones de hectáreas esos «grandes» no alcanzan el millón y medio de hectáreas, con lo cual estamos hablando de menos del 10% de los que tienen más de 40.000 hectáreas. En realidad el 70% de la producción se hace sobre tierras alquiladas. Cuando se habla de los males de los pools en realidad se está atacando no sólo a los grandes sino a los medianos, que en realidad siembran sus propias tierras y alquilan las vecinas. En 2008-2009 las pérdidas fueron muy grandes, y se habla de rentas extraordinarias que no corresponden a la realidad; se habló del 30% este año cuando en realidad se está perdiendo más del 30% con la sequía, la caída de precios, producto de no tener la posibilidad que vender en los mercados futuros.

P.: Las cosechas disminuyen no sólo por efecto climático.
L.G.V.: Una dificultad para programar la actividad con libertad, porque más allá de los impuestos distorsivos -como son las retenciones- en el último año y medio ha sido muy difícil tomar posiciones en los mercados de futuro producto de la incertidumbre y del cambio de reglas de juego, cierre de los registros, apertura y vuelta a cerrar. Un número de causas como el mercado internacional con su crisis, los costos por inicio de la campaña, la sequía, más estas perturbaciones políticas y económicas han hecho que la Argentina, en un momento que más se necesita alimentos, baje a 60/65 millones de toneladas de granos. La sequía tuvo mucho que ver, pero se potenció por esa falta de previsibilidad y, lo peor de todo, es la incertidumbre por la campaña de trigo que se inicia. Todos están esperando el 28 de junio para tomar las decisiones. La Argentina no está cumpliendo su rol de abastecedor de alimentos al mundo.

P.: ¿El productor no supo explicarles a los gobiernos de turno cómo son los ciclos productivos, cuáles son los ritmos?
L.G.V.: Es probable. Me parece que la situación que se vivió el año pasado con las discusiones sobre retenciones en el Congreso fue una bisagra. No se pudo cambiar la visión en el actual Gobierno, pero creo que en la sociedad está instalada. Es posible que los próximos que vengan ya no tengan el mismo concepto y prejuicio que hay en el actual Gobierno respecto de los grandes terratenientes, y los ganadores de rentas extraordinarias.

P.: Tiene una visión optimista, no habitual.
L.G.V.: Hace 30 años que estoy trabajando en lo mismo y hemos vivido un montón de situaciones de zozobra; momentos difíciles, pero a la larga prima el sentido común: en que la Argentina es competitiva. ¿Qué cosa más linda que generar alimentos y hacerlo cuidando los recursos?

P.: Frente a la demonización de la soja, ¿por qué el girasol no ganó terreno?
L.G.V.: Soy optimista que en esta campaña, a pesar de las dificultades, no creo que vuelva a caer el área, más bien creo que va a repuntar, con lo cual hay un nicho; hay zonas donde el girasol se va a mantener: en el NEA, La Pampa y parte del oeste bonaerense. Por el comportamiento que ha tenido con la sequía es posible que el girasol se instale e incluso crezca.

P.: ¿Por qué perdió preponderancia este cultivo en la Argentina?
L.G.V.: La perdieron todos los cultivos, excepto la soja. El boom de la siembra directa y de la soja transgénica bajaron mucho los costos y permitieron el avance de una agricultura sustentable aun en zonas que no eran aconsejables. Este año estamos pagando esos avances, y esto llegando a un límite. Es posible que a partir de ahora tengamos una leve recuperación de algunos cultivos, entre ellos, el girasol.

P.: El año pasado usted dijo que el Gobierno no tenía diálogo con los productores. Previamente, ASAGIR había presentado un plan de producción de girasol a largo plazo. ¿Como está la situación hoy?
L.G.V.: Parecía que el girasol había sido olvidado en esta discusión por el tema de las retenciones. Hoy estamos como mirando todos hacia el 28 de junio para saber si este modelo se va ha profundizar o va a haber cambios. Dijimos que si el mundo necesita girasol, la Argentina es el país con posibilidad de producirlo. Hablamos de ir hacia las 3 millones de hectáreas y 6 millones de toneladas, pero hoy no llegamos a los 2 millones de hectáreas ni a los 3 millones de toneladas.

Entrevista de Patricia Van Ploeg

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