El Gobierno levantó las trabas a las importaciones de alimentos que estaba operando, sin medidas por escrito, a través del polémico Guillermo Moreno. Las presiones directas desde Brasil y la Unión Europea, la amenaza de represalias de los países afectados por ese bloqueo y la necesidad del Gobierno de no abrir más frentes conflictivos resultaron en este giro. Lo anunció ayer en Madrid Cristina de Kirchner. Las prohibiciones regirían desde el 1 de junio próximo, pero Moreno ya recibió la orden de desandar todo. «Nunca hubo restricciones», dijo la Presidente, que tampoco se privó de protestar por los subsidios al agro y las trabas para las exportaciones latinoamericanas. Dijo, con la misma razón que la asistió para tomar este giro, que todos los países de alguna manera protegen su producción. Pero por ahora la Argentina no frenará importaciones de alimentos. Una derrota para el eterno Moreno. (Ver pág. 5.)
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