Samuel Cabanchik cruzó ayer una línea complicada: como senador (hasta ahora) de la oposición, se reunió a solas con Cristina de Kirchner y Aníbal Fernández en la Casa Rosada. La excusa fue dialogar sobre la falta de comunicación entre oficialismo y oposición. El miércoles pasado, Cabanchik ya había sido funcional al Gobierno al votar a favor de la ley Verna, para ratificar el uso de reservas para la deuda. Si el pase se confirma, el kirchnerismo se garantiza desde ahora número propio en el Senado. (Ver pág. 9.)
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