2 de mayo 2019 - 00:01

Aumento cuidado en naftas para evitar males mayores

Por el avance del petróleo y del valor del dólar, se pronosticaban alzas mayores que las aplicadas.

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Foto: NA

En medio de la inestabilidad cambiaria y la incertidumbre política, las principales petroleras tomaron una actitud cautelosa al definir un nuevo aumento en los combustibles. YPF aplicó una suba del 3,9% en naftas y del 4,5% en gasoil y Shell incrementó en un 3,6% la nafta súper y 3,9% la premium, un 4,9% el gasoil y un 4,4% el gasoil de más calidad. Axion había anunciado alzas del 6%, pero desde hoy a las 0 hs. se alineó con las otras marcas y bajó 2% sus precios.

El avance de la cotización internacional del petróleo y del tipo de cambio pronosticaban aumentos superiores considerando que el mercado está desregulado y que en el canal mayorista el gasoil se está vendiendo un 8% más caro desde la semana pasada.

Entre el 29 de marzo -cuando se había decidido el anterior ajuste en los surtidores- y el 29 de abril, el precio de la variedad Brent, de referencia en la Argentina, subió un 5,2%, desde u$s68,39 a u$s71,96, habiendo llegado cerca de u$s75 durante la semana anterior.

Entre las mismas fechas, el valor del dólar avanzó un 2,7%, desde $44,40 a $45,60. Sobre estos datos, las petroleras ya no evalúan cuánto incide el crudo en la refinación y cuántos de sus costos no están dolarizados, sino que miran la paridad de importación de cada combustible e intentan ubicarse lo más cerca posible de esa marca.

Ese es el concepto con que se manejan los precios, empezando por la misma YPF, controlada por el Estado, por lo que también disminuye la importancia de que la petrolera estatal y Axion refinan mayormente crudo propio, mientras Shell lo adquiere a terceros.

No hay confirmación de que las empresas hayan sido llamadas a la cautela por el propio Gobierno, aunque fuentes oficiales se ocuparon de divulgar durante el fin de semana previo que los aumentos se mantendrían entre un 3% y un 5%.

Puede ser además que como en otros aspectos, haya bastado para la prudencia el fantasma del congelamiento que la UCR planteó sin éxito en las conversaciones previas al lanzamiento de los precios cuidados y esenciales.

Al fin de cuentas también varios de los productos de consumo masivo encasillados en esas categorías tuvieron subas importantes antes de lanzarse el sistema. Y los precios de los combustibles todavía se mantienen debajo del acumulado por el índice de precios al consumidor en los cuatro primeros meses del año, lo que igualmente no disminuye el mal humor de los consumidores.

Además de la preocupación por perder la desregulación del mercado y la cautela a que obliga el momento político, las refinerías se enfrentan a un persistente desplome de las ventas, que también debe haber incidido en la decisión sobre los precios para mayo.

Según los datos de la Secretaría de Energía, considerando el mercado acumulado a marzo de este año versus el acumulado a marzo de 2018, las ventas de gasoil disminuyeron un 4% y las de naftas un 5,5%.

En marzo, las ventas de nafta premium disminuyeron un 24,2% en términos interanuales y un 2,4% frente a febrero, en tanto las de súper crecieron un 3,2% contra marzo de 2018 y un 7% con respecto a febrero. El total de naftas vendido disminuyó un 5,4% interanual con una mejora intermensual del 5,8%.

No obstante, la recuperación en relación con febrero es relativa porque el segundo mes del año tuvo tres días menos, y lo que im-porta es que se consolida mes tras mes una caída de casi el 25% en nafta premium que no llega a compensarse con un aumento en la demanda de nafta súper.

En cuanto al gasoil, el grado 2 muestra una caída en las ventas del 6,9% en marzo con relación a igual mes de 2018, y una recuperación del 13,7% en comparación con febrero, lo que en parte está relacionado con la cosecha. En tanto, las ventas de gasoil premium se redujeron un 8,1% en términos interanuales y aumentaron un 4,9% con respecto a febrero.

El total de gasoil vendido se redujo un 7,2% contra marzo de 2018 y se recuperó un 11,4% sobre febrero. Si se toma el total de naftas y gasoil, la caída interanual es del 6,5% y la mejora con respecto a febrero se ubica en un 9%.

De todos modos, este comportamiento de la demanda incide relativamente en la política de precios, porque las empresas petroleras también insisten en que prefieren no vender antes que vender muy por debajo del precio de referencia que es el de importación.

Un costado preocupante es que mayo recién empieza. Hay una fuerte presión de las firmas productoras de biocombustibles para que el Gobierno revea las decisiones de precios de los últimos tres meses, que todavía no se sabe en qué puede concluir. Por no hablar de la volatilidad del tipo de cambio y de la cotización del petróleo, influida por decisiones de la administración de Donald Trump, cada vez más involucrada en la crisis de Venezuela.

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