8 de julio 2010 - 00:00

Naturaleza y vértigo en las Sierras Grandes

Las sierras de Córdoba son ideales para combinar descanso y aventura durante el invierno.
Las sierras de Córdoba son ideales para combinar descanso y aventura durante el invierno.
Los Gigantes es un grupo de cerros que marca el inicio de las Sierras Grandes, que se extienden al sur del territorio cordobés y albergan los puntos más altos de toda la provincia: hacia el sur las Sierras Grandes, y hacia el norte de Los Gigantes, la extensa Pampa de San Luis, surcada por el cristalino cauce de los ríos Yuspe, Ávalos y Candelaria.

Su altura máxima es de 2.374 metros y su formación geológica es una de las más antiguas de país, de unos 600 millones de años. Los diferentes cerros que componen el lugar van formando valles surcados por pequeños arroyos, cavernas ocultas e imponentes paredes de roca. Gracias a la geografía este sitio se ha convertido en uno de los predilectos para los amantes de la escalada y el rappel. El más concurrido para la realización de este tipo de prácticas es el Cerro de la Cruz, que presenta un muro rocoso de aproximadamente 70 metros de altura.

Refugios

En el lugar se ha construido una serie de refugios que sirven de albergue para los amantes de la naturaleza y el deporte en un paisaje imponente. Con frecuencia, el eventual vuelo de un cóndor surca la inmensidad del cielo. Las encumbradas cimas de los cerros brindan una de las imágenes más atrapantes del territorio provincial.

El trekking es otra de las actividades que suelen realizarse en el lugar por prestadores de turismo alternativo autorizados. Es preciso tener en cuenta que, debido a la altura del macizo de Los Gigantes, es frecuente encontrar en la cima espesos bancos de neblina. Este es sólo uno de los motivos por los que es recomendable recorrer el terreno con un guía autorizado.

Pero si de turismo aventura se trata, las sierras cordobesas se prestan para realizar la actividad. Caminos escondidos que descubren paisajes sorprendentes, el agua fresca de las cascadas, el aroma inconfundible de las hierbas serranas, el canto de los pájaros y el golpe del viento en la cara son la manifestación de la vida silvestre que fluye a cada instante. Los distintos operadores que organizan este tipo de expediciones y que desenvuelven su actividad en la jurisdicción cuentan con guías competentes, conocedores de las montañas y de las mejores formas de disfrutarlas.

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