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Preocupan en Brasil importaciones chinas
China es desde hace dos años el primer socio comercial de Brasil, ayudó a impulsar la economía brasileña con masivas compras de materias primas y en el último año se reveló como un gran inversionista en el país. Las exportaciones de Brasil al país asiático pasaron de poco más de u$s 1.000 millones en 2000, a u$s 30.785 millones en 2010 y solo ese año aumentaron 46%.
Pero las importaciones de productos chinos por parte de Brasil -que en 2000 rondaron u$s 1.200 millones- también se expanden a pasos agigantados y en 2010 alcanzaron u$s 25.593 millones, un aumento de 60%. Ese comercio es una buena noticia para el sector agropecuario y de commodities brasileño, que crece a todo vapor producto de la insaciable demanda china.
Pero es un problema para la industria, ya que hoy «Brasil vende a China casi únicamente productos básicos (mineral de hierro, soja y petróleo), mientras China exporta manufacturados», advirtió el economista jefe de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) brasileña, Flavio Castelo Branco.
Cerca del 30% de las industrias de Brasil enfrenta la competencia de competidores chinos en el mercado brasileño y casi la mitad perdió ventas, según el sondeo divulgado ayer por la CNI. Este también señala que una de cada cinco empresas brasileñas importa materias primas chinas como base para su producción, el doble que en 2006. «Eso revela una fuerte penetración de productos chinos en la cadena productiva brasileña», declaró Castelo Branco al presentar el sondeo.
Esa competencia se refleja en el mercado internacional, donde la mitad de las empresas exportadoras brasileñas compiten con chinas y, de éstas, el 67% perdió participación y el 4% dejó de exportar.
Estados Unidos y América Latina es donde más puede resentirse Brasil de la competencia china, ya que es donde más exporta manufacturados, advierten Joao Augusto de Castro Neves, consultor de CAC política, y Carlos Pereira, de la Fundación Getulio Vargas.
El principal motivo de la pérdida de competitividad de la producción brasileña es la valorización del real, que ganó más del 100% frente al dólar en ocho años, aunque la producción china también se beneficia de menor costo salarial y de financiación, además de una escala de producción mucho mayor, dijo Castelo Branco.
La competencia ha puesto en marcha una reacción brasileña y 10% de las grandes empresas del país ya han instalado fábricas para producir en China. «Si eso continúa tendrá impacto en la estructura industrial brasileña», según la CNI.
El Gobierno brasileño aprobó en los últimos meses medidas de defensa comercial, con aumento de las tarifas para importar juguetes. Brasil también ha denunciado «una guerra de divisas» para favorecer la caída del dólar estadounidense y mantener el yuan chino en un nivel artificialmente bajo.
Brasil y China, dos de las mayores economías emergentes del planeta, inauguraron en 2010 un mecanismo bilateral de alto nivel para mantener un diálogo estratégico, y coordinan a menudo sus posiciones en grandes foros. El Gobierno de Dilma Rousseff anunció que uno de sus primeros viajes internacionales será en abril a China, para una cumbre del llamado grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Rousseff quiere enfatizar la relación con China, dijo en recientes declaraciones al diario Valor el asesor presidencial Marco Aurelio García.
Agencia AFP
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