PUJA CON EL CAMPO AMENAZA CON PRESIONA MÁS AL DÓLAR

El Banco Central permitió ayer un nuevo deslizamiento del dólar, que subió un centavo hasta $ 3,51. Por ahora no tiene demasiados inconvenientes Martín Redrado para mantener su política de «flotación administrada». Pero tiene complicaciones por delante. La más inmediata está vinculada con las presiones de distintos sectores (ayer se sumó el vicepresidente Julio Cobos al pedido) para que el Gobierno suspenda las retenciones por 90 o 180 días por la sequía. Ante esta posibilidad, el sector agropecuario vuelve a demorar la exportación de granos a la espera de una resolución oficial. Esto significa menor liquidación de divisas y, por ende, menos oferta para hacer frente a una demanda de dólares que continúa firme. La pobre recaudación de enero también agrega presión, porque se achica el superávit fiscal para pagar la deuda en dólares: crecen las chances de utilizar reservas para cumplir con los compromisos externos. El objetivo del Gobierno es que la suba sea lenta hasta llevarla a valores cercanos a $ 3,80 para fin de año. Pero crece la percepción de que no sólo podría acelerar el ritmo de devaluación del peso, sino que el nivel al que debería subir la divisa tendría que ser superior. (Ver págs. 5 a 8.)