Un salto estacional del blue generó ayer una oportunidad en la City para ahorristas que, después de cuatro años de cepo cambiario, ya están entrenados para hacer el negocio de salir a comprar dólares oficiales para venderlos en las cuevas. Se trata de una versión más suave del conocido puré que emergió con la gestión anterior. La distancia entre ambas cotizaciones saltó al 10% al mediodía e incentivó la demanda de billetes en los bancos. El efecto se hizo sentir inmediatamente y la brecha cayó al 8,5% sobre el cierre. (Ver pág. 2.)
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