Sabella es una metalúrgica con 67 años de historia. Pero hace cuatro años Sergio Richmond (padre) y Diego Richmond (hijo) decidieron comprar la empresa que estaba parada por problemas económicos. Se hicieron cargo de todos los empleados y decidieron enfocarse 100% en la fabricación de equipos de contención de contaminantes para la industria farmacéutica, cosmética y biotecnología.
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La empresa produce cabinas de bioseguridad Clase A y de manera esporádica ha vendido equipos a Egipto, Argelia y Perú. Pero desde hace dos meses con Pymes D, los Richmond decidieron avanzar en la construcción de la cabina de seguridad biológica Clase II B2, diseñada específicamente para trabajar con agentes de riesgo biológico hasta nivel 3 (puedan causar enfermedades graves y constituyan un serio peligro para los trabajadores). La intención es adecuar la cabina a la norma internacional NSF 49 para comenzar a exportar de forma sistemática. "Somos una empresa que queremos acompañar a la ciencia y acá en el país no se hacen estas cabinas porque la normativa cada vez se está poniendo más exigente. Queremos ser pioneros en un montón de temas que se vienen, tenemos las capacidades pero la pata del diseño creemos que va a ser una revolución en lo que es la industria por lo menos a nivel nacional", dijo con entusiasmo Diego Richmond.
A partir de la experiencia con Pymes D, en Sabella tienen decidido, una vez que concluya, participar de Pymes D Comunicación. "El programa de comunicación está articulado con diseñadores gráficos, y la idea es empezar a comunicar como corresponde los diseños y equipos que tenemos para que los usuarios entiendan cuáles son las virtudes de nuestros productos", explicó Richmond.
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