27 de marzo 2018 - 21:45

Semana Santa, la excusa para vivir Tigre

Tigre y el Delta son un imán para pasar unas mini vacaciones. Para perderse en la naturaleza o para los amantes de las emociones y la acción.

Semana Santa, la excusa para vivir Tigre
Un destino para disfrutar de experiencias 360. Un lugar apasionante, que combina cultura, historia, actividades a cielo abierto y naturaleza.

Entre sus principales museos se encuentran el Museo de Arte, una joya arquitectónica con una colección permanente de arte figurativo argentino que lo posiciona como uno de los mejores del país; el Museo Naval, donde se exhibe una increíble muestra de la historia de la navegación que permite conocer desde la embarcación que dio la Vuelta al mundo de Vito Dumas hasta aviones y embarcaciones que participaron del conflicto de Malvinas; el Museo de la Reconquista, sitio histórico donde se gestó la reconquista de Buenos Aires tras las invasiones inglesas y el Museo del Mate, único en el mundo, un viaje en el tiempo a esta costumbre tan sudamericana.

El fin de semana largo es una oportunidad ideal para vivenciar el remo en recorridos diurnos y nocturnos en kayak o canoas con guías locales, convirtiéndose en una experiencia imperdible para descubrir la belleza de las islas tanto de día como bajo las estrellas. Por su parte, los amantes de la adrenalina pueden disfrutar, en Benavídez Aventura, de apasionantes actividades de juegos en altura, tirolesas, palestras y caída libre en Euca Tigre un parque con la máxima seguridad y construido bajo las más estrictas normas europeas exigidas para esta actividad. Si alguno cree que es imposible aprender Wakeboard sin tener lancha ni equipo, en Tigre se desafían tus límites. Jet Park es un complejo ubicado en Benavídez con una laguna donde se puede practicar wakeboard guiado por un cable Rixen. Un lugar para compartir entre amigos, relajarse en la arena y entrenar este deporte.

Los clásicos se renuevan y el Parque de la Costa con múltiples atracciones para todas las edades. Junto a Aquafan esperan a la familia para dos días increíbles de diversión garantizada.



La naturaleza es protagonista

El Delta del Paraná es el quinto más grande del mundo y el único que desemboca en un estuario de agua dulce, hecho que lo posiciona como un atractivo turístico imperdible de Argentina y el mundo. Este magnífico sistema natural, compuesto por más de 5000 ríos, arroyos e islas, alberga una biodiversidad deslumbrante.

Durante las primeras horas de la mañana, cuando amanece y las ultimas horas de la tarde, al atardecer, son los momentos más adecuados para practicar la observación de aves, ya que ellas están más activas en búsqueda de alimento y /o refugio. Para disfrutar de este tipo de actividades en la naturaleza, hay diversas opciones como Delta Terra, una reserva natural privada que invita a pasar el día viviendo experiencias en contacto directo con la flora, la fauna y la cultura del lugar. Además de avistaje de aves se puede realizar senderismo y foto safaris.

Otra opción para conectarse con la esencia del Delta es Un Lugar en el Arroyo, donde se fusionan el remo y la gastronomía casera con la cálida atención de su propietaria, tercera generación de isleños.

Sentir la naturaleza y disfrutar de la buena gastronomía es también posible en lugares como Kanoo Delta, Atelier Chez Lis sie, Gato Blanco y la zona del Arroyo Pajarito o Tres Bocas, dos polos gastronómicos concurridos. Pero siempre Tigre cautiva con algo más: descubrir una pequeña porción de Alemania en una isla: Alpenhaus es ideal para disfrutar de la cocina centroeuropea.



Aromas y sabores

Tigre presenta diversas zonas gastronómicas situadas en espacios pintorescos, casi únicos por su cercanía al agua, a la naturaleza o por su cuidada puesta en escena. Se destacan:

Boulevard Saénz Peña (de aire bohemio y a pocos metros del Puerto de Frutos) combina el arte y el diseño en sus establecimientos pero también en sus platos. Bahía Grande de Nordelta, es un paseo junto al río muy chic y con una oferta gastronómica variada y de calidad, con una vista a la bahía que invita a vivir una experiencia culinaria placentera y relajante. Villa La Ñata y el Paseo Victorica son clásicos que tienen un encanto particular, en su variedad de opciones y en los distintos paisajes donde esta enclavados que los hacen muy recomendables a la hora de pensar donde cenar y compartir un buen momento en familia o con amigos.



Pero la oferta no se acaba aquí, el Paseo de los Antojos (en calle Liniers), el Polo Gastronómico Pacheco (Plaza Central de General Pacheco) y el nuevo corredor en la RUTA 202 - Don Torcuato con gran variedad de cervecerías artesanales y Torrepueblo (Benavídez) que recrea una villa Toscana, con espectáculos en vivo de entrada libre y gratuita todos los fines de semana y feriados, ofrecen una gran variedad de opciones y además nos permiten poder disfrutar todos los días de algo distinto y particular.

Por último y como es habitual, el Puerto de Frutos permanece abierto de lunes a lunes de 10 a 20 hs. Se trata del lugar más icónico de la ciudad, que mantiene su cultura de producción local en un espacio donde confluye un paseo de compras acompañado de gastronomía y excursiones fluviales.

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