Murió ayer un piloto de la Fuerza Aérea al saltar en paracaídas cuando caía el avión Pucará que conducía. Imposible no relacionarlo con la falta de presupuesto para mantener los equipos de la fuerza o, en todo caso, para modernizar las flotillas. El Pucará es un avión que, además, se relaciona con los héroes de Malvinas, y que caigan por desidia hiere la sensibilidad de todos. Más cuando cuesta vidas en un país que gasta en superficialidades como subsidios y festividades, y que no atiende a esas necesidades de fondo que los gobiernos tratan de satisfacer porque en algún momento se necesitan y, que si no se previeron antes, cuesta mucho remontarlas luego. (Ver pág. 20.)
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