La provincia de Córdoba intentaba recuperar ayer la calma tras casi 24 horas de tensión y violencia en las calles, producto de los saqueos que se desataron sin freno por la ausencia de personal policial, amotinado en reclamo de mejoras salariales. El saldo de ese desmadre fue un muerto por un disparo y al menos 250 personas heridas por armas de bala, cuchillos y diversos elementos a los que recurrieron los vecinos y comerciantes víctimas del avance impune de bandas delictivas. Hubo robos y destrozos durante toda la madrugada y gran parte de la mañana, situación que se controló luego de que el Gobierno provincial alcanzara un acuerdo salarial con los efectivos autoacuartelados, que volvieron a los patrullajes después del mediodía. Ante la gravedad del caso, el gobernador José Manuel de la Sota debió regresar de un viaje oficial a Colombia, que encaró a pesar de que ya había comenzado la protesta de la fuerza policial. (Ver Ámbito Nacional.)
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