La Cámara de Diputados se desveló hasta la madrugada de hoy para convertir en ley el pago local a bonistas, proyecto que el Gobierno considera clave para su pelea judicial con los llamados fondos buitre. El oficialismo tenía la sanción asegurada, pero buscó ampliar el consenso; eso le permitió tener algunos votos para integrar el quórum aportados por legisladores massistas. También aportó algo un diputado radical que prometió su voto a favor de la iniciativa. La sesión fue larga porque la lista de oradores anotó a más de 110 diputados que querían hablar. Además tuvo algún momento de tensión por la intervención de barras sindicales que gritaron contra algunos opositores que protestaron por la intervención de Gendarmería en una de las protestas de autopartistas. También hubo cruces entre moyanistas y kirchneristas en el recinto. La oposición llegó con estrategia dividida: hubo rechazos y también abstenciones en medio del agrio debate. (Ver pág. 2.)
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