11 de septiembre 2019 - 00:00

El desafío para las Pymes en el contexto actual

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Como siempre, es muy difícil trazar un panorama general de la situación de empresas argentinas, que varía mucho. No todas las empresas son iguales, ni todos los sectores han tenido el mismo desempeño.

El panorama macroeconómico es el mismo para todas las empresas, pero cada una tiene una diferente situación financiera, posición competitiva, relación con sus clientes, capacitación de su personal y grado de innovación en su producto. Es así que algunas empresas tienen serias dificultades financieras mientras que otras han podido progresar, a pesar de estar trabajando en condiciones similares.

Los sectores que sistemáticamente tienen más potencial son aquellos vinculados con exportaciones. Los más relevantes (estadísticamente) son el sector agropecuario, energía o minería, del conocimiento y de la “industria sin chimeneas” o turismo. Afortunadamente, hay muchos casos en otros sectores, pero no son generalizados.

En general, todos los sectores tienen gran capacidad ociosa y la capacidad de mantener bajos costos y mejorar productividad varía. Hay restricciones de todo tipo: laborales, de disponibilidad de insumos, de restricciones propias de cada municipio donde se opere. Por ello será esencial aplicar al máximo las técnicas de inteligencia que las nuevas herramientas digitales nos proveen, ya sea para estudiar el comportamiento de los consumidores, reducir costos, optimizar distribución o capacitar al personal.

El acceso a crédito es muy difícil y solamente a través de Sociedades de Garantía Recíproca o de prefinanciación de exportaciones hay tasas que las pymes pueden soportar. La capacidad de crecer es muy limitada porque no hay ganancias para reinvertir ni hay crédito. Tal vez mantener una estructura reducida y aferrarse a productos que se conocen bien y son rentables sea una estrategia a revisar. Aunque obviamente puede parecer lo mejor para cada empresa individualmente, es indispensable considerar el entorno competitivo. Si otras empresas del sector están invirtiendo, ya sea en nueva maquinaria o productos, nuestra empresa puede quedar obsoleta a pesar de hacer todo igual de bien que siempre.

El entorno recesivo más los “sustos” que cada tanto aquejan nuestra economía no deben ser la única variable de análisis. Es cierto que proteger la liquidez de la empresa es importantísimo, pero proteger nuestra relación con los clientes lo es más. Quien deja de vender a clientes por elevado precio o problemas de entrega tendrá fuertes problemas para recuperar esos clientes en el futuro.

Asimismo, los incentivos para superar esta situación pueden variar mucho: desde tratar de crecer para absorber costos fijos o ganar escala para exportar, integrarse con competidores o proveedores, a -lamentablemente- analizar cómo vender o cerrar la empresa.

La estrategia que cada empresa siga en tiempos recesivos determinará su supervivencia y, muy especialmente, cómo quedará posicionada en una Argentina que se está abriendo al mundo.

(*) Economista, Universidad del CEMA

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