20 de julio 2019 - 00:01

El karma del ecosistema emprendedor en Argentina

Las mejorar del gobierno para el sector quedaron sepultadas al poco tiempo con una devaluación del 100% de la moneda en pocos días, un aumento de la tasa de interés del 20% a más del 70% y la fuerte suba de impuestos.

El desafío para el futuro gobierno es muy grande, ya que si no se quiere continuar debilitando a los emprendedores tendrán que bajar tasas, modificar leyes laborales, bajar impuestos.
El desafío para el futuro gobierno es muy grande, ya que si no se quiere continuar debilitando a los emprendedores tendrán que bajar tasas, modificar leyes laborales, bajar impuestos.
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Son días difíciles para el ecosistema emprendedor argentino, las empresas pyme y nuevos emprendimientos vienen de más de seis años de malas noticias. La anterior administración los sometió a trabas para importar y comerciar con el exterior como así también a altos niveles de inflación, inequidades en la relación con sindicatos, presión fiscal y leyes laborales en extremo rígidas. Luego, con el cambio de administración muchos emprendedores sintieron una nueva esperanza de renacer en sus actividades económicas. El nuevo gobierno saco el corralito, bajo algunos impuestos, simplifico trámites, controló las principales variables económicas y aprobó varias leyes que benefician la actividad económica. También se creó una Secretaría, para apoyar a los emprendedores, que ha tenido mucha actividad. Pero todas estas mejoras quedaron sepultadas al poco tiempo con una devaluación del cien por ciento de la moneda en pocos días, un aumento de la tasa de interés del 20% a más del 70% y la fuerte suba de impuestos. Todo esto, fue acompañando de una fuerte caída del nivel de actividad, inflación y malas expectativas de los agentes económicos.

Lo cierto es que más allá de los esfuerzos del gobierno beneficiar al sector, el impacto de del desbarajuste económico le pasó como tsunami a todas las buenas intenciones que había mostrado. Muchos emprendedores tuvieron que cerrar sus puertas y otros se han concursado y/o están trabajando para el sistema financiero ya que al pasar la tasa del 20% al 70% todos los excedentes deben destinarlos a pagar la actualización de las deudas financieras. También la devaluación les duplicó en pocos días sus deudas en dólares cuando muchas empresas tienen sus créditos en pesos. Como si fuera poco, los embargos de la AFIP y de las provincias por deudas fiscales ponen una piedra más en un zapato que ya no tiene lugar para más. En este estado de situación es en el cual los emprendedores están intentando sobrevivir, esperando mejores épocas que no se saben cuándo tocarán sus puertas. Atrás de cada emprendedor que la está luchando hay una familia, gastos en colegios, vestimenta, alimentos y una esperanza de cambio que en muchos casos los hace sostener el emprendimiento más allá de límites razonables.

Más allá de todos los esfuerzos del nuevo gobierno por mejorar la situación de este sector, el mundo emprendedor sigue siendo uno de los sectores más castigados, que desincentiva en forma sistemática la creación de valor y riqueza, únicos pilares reales del crecimiento económico. Después de casi de cuatro años gestión los factores más importantes que generan cambios positivos en el ecosistema emprendedor no mejoraron. El desafío para el futuro gobierno es muy grande, ya que si no se quiere continuar debilitando a los emprendedores tendrán que bajar tasas, modificar leyes laborales, bajar impuestos a pymes, dar crédito, dar una amplia moratoria, controlar a los gobiernos municipales y provinciales con pretensiones fiscales inadmisibles y que con su accionar recaudatorio solo hacen que ejercer la actividad comercial sea un castigo demasiado fuerte para un ecosistema que ya viene demasiado golpeado.

En síntesis el ecosistema emprendedor está sufriendo y sigue siendo más atractivo y seguro aspirar a puesto público o a trabajar en una empresa multinacional y no arriesgar patrimonio propio o de terceros en una aventura donde todos los actores sociales parecen querer poner palos en la rueda más que ayudar a desarrollar la actividad productiva privada que es el único y real motor económico de un país.

(*) Vicepresidente de INICIA y socio en Lisicki, Litvin y Asoc.

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