14 de marzo 2019 - 00:02

El Parlamento británico busca demorar el "brexit" (pero no sabe para qué)

No aceptó ni el acuerdo negociado entre Theresa May y Bruselas, ni su reinterpretación ni una ruptura sin pacto. Acecha el plazo del divorcio, previsto para el próximo viernes 29.

RESULTADO. Diputados británicos dan a conocer el saldo de la votación de ayer sobre el brexit, un llamativo 312 a 308 contra una salida no negociada de la Unión Europea. 
RESULTADO. Diputados británicos dan a conocer el saldo de la votación de ayer sobre el "brexit", un llamativo 312 a 308 contra una salida no negociada de la Unión Europea. 

Londres - Los diputados británicos votaron ayer contra la posibilidad de una salida abrupta, de catastróficas consecuencias, de la Unión Europea pero sin definir cómo pretenden impedirlo cuando faltan apenas dos semanas para la fecha fatídica y el país sigue sin haber aprobado un acuerdo con Bruselas.

Tras un segundo día consecutivo de acalorados debates en la Cámara de los Comunes, los parlamentarios expresaron, por 312 votos contra 308, que no quieren que un “brexit” el próximo 29 de marzo sin un acuerdo.

Poniendo de manifiesto una vez más el caos que reina en la política británica, el resultado fue extremadamente ajustado no porque la mitad de la cámara esté a favor de un “brexit” sin acuerdo, sino porque se trataba de una enmienda a una moción presentada previamente por la primera ministra Theresa May.

Visiblemente cansada y tan afónica que debió renunciar a participar en el debate, May había advertido el martes: “A largo plazo, podríamos en última instancia acabar convirtiendo un ‘brexit’ sin acuerdo en un éxito, pero habría una conmoción económica significativa en el corto plazo”.

Por segunda vez en dos meses, los diputados habían rechazado estrepitosamente en la víspera el acuerdo que la líder conservadora había conseguido “in extremis” con Bruselas para cumplir con el mandato del referéndum de 2016, en el que 52% de británicos votó a favor de la ruptura.

May bregó hasta el último minuto con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, sobre el punto más conflictivo del texto, la “salvaguarda irlandesa” (“backstop”). Pero las “garantías” que logró de la UE no bastaron para calmar los temores de muchos diputados británicos. Así que, cumpliendo una promesa hecha en febrero, un día más tarde convocó a la nueva votación.

El Banco de Inglaterra advirtió hace meses que un “brexit” sin acuerdo, el escenario más temido en medios empresariales británicos (ver pág. 17), sumiría al país en una grave crisis económica, con un aumento del desempleo y la inflación, desplome de la libra y del precio de la vivienda y casi el 10% de reducción del PBI.

En este contexto, el ejecutivo redujo ayer a 1,2% su previsión de crecimiento de este año, que hasta ahora era de 1,6%, al tiempo que el ministro de Finanzas, Philip Hammond, advertía de que la economía británica sigue amenazada por “la nube de incertidumbre” que rodea a la salida británica de la UE.

Y es que, pese al resultado de la votación de ayer en el Parlamento, un “brexit” sin acuerdo sigue siendo la opción “por defecto”, es decir que si llegada la fecha fatídica no se ha aprobado una solución alternativa, el Reino Unido puede verse involuntariamente expuesto a él.

Para intentar encontrar una solución a la caótica situación, y ante la inminencia del plazo límite, la primera ministra se comprometió a organizar hoy mismo una tercera votación, esta vez sobre la posibilidad de pedir a Bruselas posponer la fecha del “brexit”.

Esto requeriría, sin embargo, la aprobación por unanimidad de los líderes de los otros 27 países del bloque y estos ya advirtieron que sólo lo considerarían si tiene un propósito claro (ver aparte). Y no para simplemente prolongar un bloqueo que atribuyen a la política interna británica y ha creado creciente frustración en Bruselas.

“Si piden un plazo adicional, tendrán que explicarnos para qué. No puede ser para renegociar un acuerdo que hemos negociado durante muchos meses y del que ya hemos dicho que no es renegociable”, advirtió ayer el presidente francés, Emmanuel Macron. “La solución al bloqueo actual está en Londres” y “Europa debe seguir avanzando”. “No debemos perder el tiempo porque el mundo no espera”, concluyó.

En opinión del influyente negociador jefe europeo, Michel Barnier, el Reino Unido debe decir a qué aspira en su futura relación con la UE, “cuál es su línea clara, incluso antes de una decisión sobre una eventual extensión”.

Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel insistió, durante una conferencia de prensa en Berlín, en que lo más conveniente sigue siendo “para el interés común lograr una salida ordenada”.

Agencias AFP, Reuters y ANSA

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