25 de abril 2019 - 00:01

El pasaje de dólares a bienes se sigue demorado

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Foto Mariano Fuchila

Hace 6 meses que el tipo de cambio cotiza en torno de $ 40,00, y los agentes económicos no han desahorrado en dólares para adquirir bienes. El dólar subió el 102%, y la inflación el 54,7% anual. El gobierno cumplió la meta de equilibrio fiscal, pero los mercados siguen desconfiando.

La conducción económica ha tenido resultados positivos en la política de ajuste de las cuentas públicas, y déficit de la balanza de pagos. El FMI llegó para prestar u$s 58.000 millones, y evitar que Argentina se encamine a un escenario de cesación de pagos.

El éxito de los resultados logrados tiene la contracara de una economía interna que se desangra con una inflación que no se puede domar, suba del tipo de cambio, fuga de capitales e incremento del riesgo país.

En el inicio de la gestión Cambiemos, la política monetaria restrictiva, alta tasa de interés y un tipo de cambio flotante marcaban el rumbo económico. Se esperaba que la suba de tarifas públicas no se trasladara a precios y que los precios eran determinados por la cantidad de moneda en el mercado. Nada de esto ocurrió, los precios subieron a pesar de las altas tasas de interés, y esto terminó desfinanciando al Estado, con una brecha de déficit fiscal y externo tan elevada, que terminó en una restricción crediticia que nos empujó al único camino posible, un acuerdo con el FMI.

El FMI impuso como objetivo un déficit fiscal primario cero, que se viene cumpliendo al primer trimestre del año, por otro lado, exige un tipo de cambio elevado, que le permita al país tener superávit de balanza comercial, algo que viene logrando hace 8 meses consecutivos. Este escenario aleja los fantasmas de la cesación de pagos. Si Argentina este año termina con déficit primario cero, solo se tendrá que endeudar para pagar los intereses de la deuda que equivalen a 3% del PBI. Con el correr de los años, si sigue en el sendero de ajuste del gasto público, Argentina tendrá equilibrio fiscal pleno, si este camino se consolida, el país volverla a los mercados voluntario de crédito, y el riesgo país bajaría considerablemente. El ajuste del sector público es impresionante, en el año 2017 el déficit fiscal primario era de u$s 22.833 millones, en los últimos 12 meses es de u$s 7.196 millones, y a fin de año será 0. Increíble pero real.

Para lograr este objetivo, el ajuste del sector público y privado es considerable, los agentes económicos sufren el estrés financiero y económico de convivir con una tasa de inflación que rondaría el 40% anual, un ajuste del tipo de cambio que en retrospectiva subió el 100% el último año, sin crédito y una fuerte recesión.

Mientras en el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner teníamos un cepo al dólar, en esta oportunidad el gobierno le puso un candado al crédito y la cantidad de moneda. Nadie tomara un crédito a las tasas actuales, la economía se desfinanció, muchas operaciones son en efectivo, y el fantasma de la evasión inunda al mercado.

Por si los problemas no fueran pocos, los precios de las materias primas que exportamos como soja, trigo y maíz se ubican en niveles extremadamente bajos, y no hay en el horizonte posibilidades claras de recuperación. Este año al campo lo salvan los kilos, pero para el año próximo los problemas serán mayores, si los precios no dan algo de respiro.

La fiebre porcina a nivel mundial cambia el mapa del negocio en el campo, China pierde un alto stock de cerdos, no necesita comprar granos, necesita que le vendan carnes. Argentina está en el lugar indicado, lejos de los lugares donde la fiebre porcina contaminó a la población mundial de cerdos, puede transformarse en una gran productora de carnes, el único problema es que no hay política de Estado para enfrentar este escenario. Lo más probable es que la suba de precios de la carne vacuna, porcina y aviar confunda a la conducción económica, y otra vez el campo sea responsable de la suba de los índices de inflación, cuando en realidad deberían ver este escenario como una gran oportunidad para que Argentina crezca en exportaciones, suban las inversiones y se revierta el ciclo estructural de estancamiento y alta inflación que vivimos desde el año 2011 a la fecha.

El gobierno está bajando el gasto público, logrando equilibrio fiscal, y llevando racionalidad a las cuentas externas. La contracara de este ajuste es que la economía no crece producto de la falta de inversiones, una estructura productiva obsoleta, y la inexistencia de políticas de Estado para potenciar el crecimiento.

Argentina tiene un problema de falta de inversiones productivas y exportaciones que dinamicen el crecimiento económico. Los incentivos deben llegar para favorecer el camino de la inversión con incentivos fiscales y una nueva legislación laboral y previsional que permita incrementar los niveles de empleo existente.

El camino de otorgar subsidios a la sociedad, congelar los precios o reprimir la suba del tipo de cambio no son los indicados para lograr un crecimiento sustentable a futuro.

En el corto plazo vemos un escenario de dólar calmo producto de la intervención del Banco Central en la economía, con venta del Tesoro Nacional de u$s 60 millones diarios, una tasa de interés en niveles exorbitantes y sin crédito a la producción. En este escenario el tipo de cambio se quedará en torno de los $ 40,00, la inflación irá cediendo con el correr de los meses, lo que no se podrá evitar es que tendremos la inflación de los cementerios porque la recesión será elevada.

En el largo plazo, si el gobierno sigue llevando delante un ordenamiento de las cuotas públicas, nos iremos acercando a un escenario más predecible. Si este ajuste se hace con un tipo de cambio competitivo, no faltaran dólares, al contrario, sobraran para cubrir las necesidades de importación y pago de intereses de la deuda.

Conclusión

La macro nos está diciendo que no tenemos por delante un escenario de cesación de pagos de la deuda pública, en la medida que el gobierno garantice superávit fiscal primario y sobrante de dólares en las cuentas externas. La micro seguirá en un escenario recesivo, producto de la falta de liquidez, crédito y altos costos impositivos. Hace 6 meses que el dólar cotiza en torno de $ 40,00, cuando el tipo de cambio se estabiliza hay un pasaje de dólares a bienes por parte de los agentes económicos. En esta oportunidad este pasaje está demorado por las externalidades negativas que genera la elección presidencial, creemos que dado los bajos precios que tienen los activos, y en la medida que se despeguen las dudas sobre el próximo presidente, la demanda de activos inmuebles, rodados o electrodomésticos se activara en el mercado, y este podría ser el puntapié inicial de una mejora de actividad. Si este pasaje se sigue demorando, el escenario de recesión y alta inflación seguirá vigente.

Nota al pie: Agradezco las agresiones que me hacen en los comentarios, parecen lógicas en el momento que alcanzamos un récord de seguidores en twitter, en nuestra página, Instagram y Facebook. Los que más critican esconden su verdadero nombre en Facebook truchos, que triste debe ser vivir escondido o tener doble personalidad, así es el populismo. Gracias a aquellos que dan la cara y aportan ideas para reflexionar. Los quiero a todos, ánimo.

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