27 de septiembre 2019 - 10:54

El último Presupuesto de ajuste de un gobierno en caída libre

El escenario político indica que este proyecto pasará desapercibido en una agenda actual que está dominada por la incertidumbre económica y lo que fue la derrota del oficialismo en las elecciones presidenciales primarias.

Hernán Lacunza, ministro de Hacienda de la Nación.
Hernán Lacunza, ministro de Hacienda de la Nación.
Foto: Agencia Noticias Argentina

El Gobierno presentó este lunes, a través del Ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, el proyecto de Presupuesto del año 2020 ante la Cámara de Diputados.

El escenario político indica que este proyecto pasará desapercibido en una agenda actual que está dominada por la incertidumbre económica y lo que fue la derrota del oficialismo en las elecciones presidenciales primarias.

En este sentido, las miradas de la coyuntura están puestas primordialmente sobre cuáles serán las medidas que tome un eventual gobierno entrante al llegar al mando del Ejecutivo, que obviamente se espera que disten de los plasmado en el Proyecto de Presupuesto macrista.

Aún así, el Presupuesto enviado al Congreso contiene dentro de sí obviedades y un canal de ruta claro fue transitado por la Alianza Cambiemos (ahora llamada Juntos por el Cambio) durante toda su gestión y que prevé continuar en el caso eventual y poco probable de resultar victorioso en las elecciones generales.

La agenda oficialista se puede resumir en dos cuestiones a grandes rasgos: un fuerte ajuste en el gasto primario que recaerá básicamente sobre la clase media y un compromiso a rajatabla de los compromisos públicos financieros que pasarán a ocupar un porcentaje elevado del gasto primario consolidado. Con respecto a lo primero, se espera que el gasto suba nominalmente por debajo de la inflación y una de las partidas del Presupuesto en donde el oficialismo prevé que recaigan los mayores recortes es la dedicada a financiar los subsidios económicos.

En este año electoral, el Gobierno postergó las subas que tenía en carpeta, para el año que viene. El Proyecto marca que "se estima una reducción en los subsidios económicos del 0,48 % del PIB" que se desglosan en un recorte del 0,33% en los subsidios energéticos y un recorte del 0,14% en subsidios en transporte. Esto dejas a las claras que el plan del Gobierno consistiría en erosionar aún más el bienestar de las clases media y baja a partir de tarifazos en electricidad, gas, agua y transporte. La totalidad del esfuerzo recaería sobre estos estratos mientras que los acreedores de la deuda pública serían los grandes beneficiados por el esquema de distribución del gasto planteado. En total, se proyecta que el peso de los intereses de la deuda en el gasto consolidado alcance el 17%. Esto significa que casi 1 de cada 5 pesos que se saldrían de las arcas públicas se destinarían a solventar los servicios de la deuda.

Las jubilaciones y pensiones recibirán un ingreso presupuestario que sería un 45,4% superior nominalmente al del 2018 (por encima de la inflación proyectada en el Presupuesto que se espera que llegue al 34%). Aunque respecto de esto último, se sabe que el Gobierno tiene poco margen de decisión para decidir los montos destinados a los jubilados, que se basan en lo que dicta la fórmula de movilidad jubilatoria. La Asignación Universal por Hijo recibiría un aumento del 30,8% nominal (por debajo de la inflación proyectada). Asimismo, se estima en el Presupuesto que la Educación y la Salud reciban ingresos nominales por encima de la inflación. No obstante, esto dependerá en última instancia de la inflación real que se efectivice durante el 2020.

Por otro lado, si se analiza lo relacionado con las proyecciones de las principales variables macroeconómicas se nota claramente el esfuerzo del Ejecutivo por intentar esbozar un escenario económico excesivamente optimista y que contradice las proyecciones de la mayoría de los analistas económicos. Actualmente, son pocos los economistas que avizoran un panorama próspero en materia económica para los meses que siguen.

Lo cierto es que el oficialismo continúa haciendo oídos sordos sobre las principales problemáticas de la Argentina, equivoca las causas de la crisis actual y en base a eso realiza pronósticos inverosímiles. Por mencionar un caso, el Proyecto de Presupuesto proyecta un tipo de cambio promedio de 67,11 pesos por dólar para el 2020, sin considerar por ejemplo que el precio del dólar Rofex para diciembre ya supera ese valor o que el dólar paralelo conocido como CCL (Contado con Liqui) también supera lo previsto en el Presupuesto.

Las presiones sobre el mercado de cambios, provocadas por el endeudamiento desmedido del Gobierno y la fuga de capitales, posiblemente continúen impactando sobre el mercado de cambios llevando al valor del dólar lejos de las proyecciones oficiales. En materia de crecimiento, el Gobierno espera un crecimiento del 1%, liderado básicamente por el dinamismo de las exportaciones (que se esperan que suban 7,0% el año entrante). Por su parte, lo que sí sinceró el oficialismo es el recorte que se pronostica para el año venidero para la inversión pública (-3,0%) y también en la inversión privada (-4,9%).

En estos ítems el oficialismo continúa por el mismo sendero por el cual comenzó su gestión y el Presupuesto pone en evidencia algunas cuestiones. Por un lado, que el macrismo tiene como objetivo de continuar con el ajuste y los tarifazos en caso de prevalecer en las elecciones. Y por otro, que su programa de gobierno resultó un fracaso: el Presupuesto contiene una inflación mucho más elevada que la heredada por el macrismo, con menor producción, menor inversión y con una economía altamente endeudada.

(*) Director de la Licenciatura de la Universidad Nacional de Avellaneda, e integrante del colectivo Economía Política para la Argentina (EPPA)

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