27 de noviembre 2018 - 14:32

El yoga como herramienta para una fertilidad plena

Las tensiones, las emociones y la forma en la que el ambiente impacta sobre el cuerpo pueden influir en no lograr un embarazo. La práctica equilibra cuerpo y mente para acercarnos a este objetivo, siempre y cuando no existan causas orgánicas previas.

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Más allá de las causas puramente orgánicas que una pareja pueda tener para lograr el tan deseado embarazo, pesan muchísimo las tensiones, las emociones y la manera que el ambiente impacte en el funcionamiento de su metabolismo. Muchas veces, todos esos factores generan problemas físicos que influyen en el delicado tema de no conseguir la concepción.

El estrés en el que se vive día a día no ayuda a mantener una vida saludable: el ritmo de los horarios, el desorden en la alimentación, los periodos de descanso no reparadores, la falta de momentos de esparcimiento, la escasa actividad física y pocos espacios dedicados a la introspección para lograr la tranquilidad y paz tan deseadas. Si a ello le sumamos la tensión del medio, los altibajos emocionales y la ansiedad que produce el hecho de estar en la búsqueda, la situación empeora.

¿En qué puede ayudar la práctica del yoga durante la búsqueda de un hijo?

Es útil en muchos aspectos, ya que reestableciendo el equilibrio cuerpo-mente-emociones y al disolverse los focos de tensión, permite que la energía circule positivamente y ayude a que el cuerpo se vuelva más saludable.

El Hatha Yoga, tal como se lo conoce en Occidente, consta principalmente de cuatro componentes esenciales.

  • La respiración completa
  • Las posturas o asanas
  • La relajación física y mental
  • La meditación

La respiración completa o profunda es la base de la práctica del Yoga. El respirar deja de ser un hecho automático para convertirse en algo consciente que se realiza utilizando toda nuestra capacidad pulmonar. Afecta no solo el proceso de oxigenación del torrente sanguíneo sino que además beneficia el funcionamiento general de nuestro organismo.

Las asanas no son ejercicios sino posturas que vamos adoptando y que debemos mantener acompañadas por la respiración completa y por una actitud mental relajada y concentrada. Tienen propiedades curativas, preventivas y recuperativas.

La relajación en forma consciente y dirigida ayuda a recomponer el equilibrio energético en nuestro cuerpo y, de esta forma, lo afloja y libera de las tensiones y contracturas que se producen como la consecuencia natural de las presiones que soportamos día a día.

La meditación tiene como objetivo lograr la quietud y el apaciguamiento de nuestra mente. Meditar no es dejar vagar la mente en forma totalmente libre sino, muy por el contrario, se trata de centrarla en un punto. Para lo cual podemos utilizar distintos elementos, entre ellos el más sencillo: nuestra respiración. Poco a poco, podremos disminuir la emisión de pensamientos; objetivo al que arribaremos a través de la práctica constante y bajo la guía de un instructor o de un maestro experimentado.

En síntesis, el yoga ayuda a cambiar la vida de las personas de una manera fundamental ya que devuelve la salud al cuerpo, calma la mente y brinda armonía emocional. Todos pasos previos para lograr acercarnos al objetivo que es la concepción.

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