28 de mayo 2015 - 00:00

Espectacularidad y superacción a base de efectos digitales

A falta, entre otras cosas, de un elenco multiestelar, en “Terremoto, la Falla de San Andrés” abunda la superacción delirante y divertidísima, con momentos de destrucción imaginativa y espectacular.
A falta, entre otras cosas, de un elenco multiestelar, en “Terremoto, la Falla de San Andrés” abunda la superacción delirante y divertidísima, con momentos de destrucción imaginativa y espectacular.
"Terremoto: la Falla de San Andres" (San Andreas, EE.UU., 2015). Dir.: B. Peyton. Int.: D. Johnson, C. Gugino, A. Daddario, P. Giamatti, K. Minogue, I. Gruffudd.

Casi todas las reglas del cine catástrofe han sido respetadas en esta superproducción que usa y abusa de todos los efectos digitales disponibles para destruir con toda la furia todos los sitios reconocibles del estado de California.

Luego de los ejemplos épicamente pasados de rosca de Roland Emmerich culminados en el apocalipsis global de "2012", que incluia prácticamente todas las variantes catrastróficas en una sola película, esta "Terremoto: la Falla de San Andrés" plantea un desastre más localizado pero no por eso menos pantagruélico- al servicio de una trama minimalista en la que un padre se arriesga a todo por salvar a su ex mujer y a su hija.

El detalle diferente es que el personaje de Dwayne Johnson se dedica justamente a rescatar víctimas de catástrofes desde su helicóptero, lo que le da una ventaja sobre otros héroes de terremotos californianos del Hollywood clásico, como Clark Gable y Spencer Tracy de "San Francisco" (el film más taquillero de 1936), o el Charlton Heston de "Terremoto" (que en 1974 multiplicó mas de diez veces su presupuesto de 7 millones de dólares al basar su publicidad en el sistema "Sensurround").

Igual que en casi todo film del género que se precie, aquí el desastre natural sirve para reunir a la familia dispersa del protagonista, que para salvar a su hija (Alexandra Daddario), necesita la ayuda de su esposa (Carla Gugino). de la que recién se está separando. Si bien la trama muestra catástrofes masivas sin preocuparse demasiado por otros dramas que no sean los de sus personajes principales, también incluye gestos de heroísmo, cobardía, astucia juvenil o genialidad científica de otros miembros del reparto, por ejemplo, Paul Giamatti como el científico que descubrió cómo predecir sismos, justo a tiempo para el gran evento.

Lo que falta, entre otras cosas, es un elenco multiestelar como los de las superclásicas catástrofes de los 70. Y, por suerte, lo que no falta para nada es la superacción delirante y divertidísima, con momentos culminantes con represas quebradizas, olas gigantes y rascacielos destruidos de las maneras más imaginativas y espectaculares posibles.

D.C.

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