23 de octubre 2019 - 16:10

Evo denunció un intento de "golpe" y la oposición permanece en las calles

El presidente boliviano dijo estar "casi segurísimo" de ganar en primera vuelta. La huelga contra el recuento oficial crecía en varias regiones del país.

Evo Morales habló por primera vez desde los comicios del domingo. 

Evo Morales habló por primera vez desde los comicios del domingo. 

La Paz - El presidente de Bolivia, Evo Morales, se declaró nuevamente ganador de las elecciones del fin de semana y criticó a la oposición acusándola de orquestar un “golpe de Estado”, luego de multitudinarias protestas que denunciaron que los comicios fueron manipulados.

El más reciente recuento oficial -actualmente congelado en casi el 97% de los votos- mostró que Morales obtuvo un 46,49% de los sufragios, cerca de 9,5 puntos por delante de su principal rival Carlos Mesa, pero por debajo de la ventaja de 10 puntos porcentuales que necesita para evitar una segunda vuelta.

El mandatario boliviano se declaró “casi segurísimo” de ganar en primera vuelta su reelección, en un contexto de huelga general y llamados de Mesa a la “movilización permanente”.

“Estoy casi segurísimo que con los votos de áreas rurales vamos a ganar en la primera vuelta”, dijo el gobernante izquierdista, cuando el cómputo oficial del Tribunal Supremo Electoral (TSE) apunta a un balotaje.

Para evitar la segunda vuelta, Morales necesita un mínimo de 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos respecto al segundo.

Mientras, una huelga general indefinida comenzó hoy, en el marco de la cual grupos leales y opositores al presidente se enfrentaron en la ciudad de Santa Cruz.

Morales denunció que “está en proceso un golpe de Estado”, en referencia a las protestas y al paro indefinido. “Quiero que sepa el pueblo boliviano que, hasta ahora, humildemente soportamos para evitar violencia y no hemos entrado en confrontación”, sostuvo.

Sus declaraciones fueron secundadas por su aliado venezolano, Nicolás Maduro, quien afirmó: “Es un golpe de Estado anunciado, cantado y, puedo decir, derrotado. El pueblo boliviano derrotará la violencia”.

Mesa, por su lado, instó “la movilización permanente” en forma “democrática y pacífica” en defensa del voto, hasta que el TSE “reconozca que la segunda vuelta debe realizarse”.

“No vamos a permitir que se nos robe por segunda vez una elección”, agregó en relación al resultado de un referendo que fue desconocido por Morales para postularse a un cuarto mandato.

Por su parte, el gobierno estadounidense de Donald Trump urgió a Bolivia a respetar el resultado de las elecciones so pena de “serias consecuencias”, dijo ayer el subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak.

En una audiencia ante la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, indicó que Washington urgió a La Paz a que “respete los votos emitidos por el pueblo”. “Ellos deberían hacer eso y si no lo hacen nosotros les hemos dejado claro que van a haber serias consecuencias en sus relaciones con la región”, agregó.

Una ola de violencia estalló el domingo en diversas regiones tras los comicios y tiene como blanco las sedes de los tribunales electorales.

La protesta de la noche del martes en La Paz congregó a miles de personas que gritaban “¡Fraude, fraude, fraude!”.

El paro indefinido convocado por un colectivo de organizaciones civiles de los nueve departamentos del país comenzó a tomar cuerpo en Santa Cruz (900 km al este de La Paz), donde manifestantes quemaron parte de la sede del tribunal electoral, que daba el triunfo en la región a Morales.

“Vamos al paro hasta que ustedes digan”, arengó Luis Fernando Camacho, líder del Comité Cívico Pro-Santa Cruz.

La huelga también comenzó a organizarse en la rica región minera de Potosí y en otras zonas.

“Seremos los jóvenes quienes haremos respetar la democracia y los que sacaremos del palacio (de Gobierno) a Evo Morales”, dijo César Ramos, presidente del comité civil juvenil de Tarija (sur).

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