28 de enero 2019 - 00:01

"Factor Highton": trastienda en Corte del fallo por La Rioja

Ausencia clave de "mesa judicial" en la previa; repechaje supremo que se llevaron los opositores al riojano Casas; incumplimientos varios y clima de desmarque.

El fallo de la Corte Suprema del viernes pasado que habilitó la consulta popular que se llevó a cabo ayer en La Rioja para el proyecto reeleccionista de Sergio Casas, dejó varios mensajes políticos flotando en el aire. El primero –del que todavía no tomó debida nota el Gobierno- fue el desmarque de Elena Highton de Nolasco de la posición del presidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz. Por primera vez, en uno de los fallos relevantes por su impacto en el tablero electoral, la jueza se anotó en el grupo de la mayoría e inclinó la balanza para que el oficialismo obtuviera un temporario revés en el contenido de la sentencia. Pactos incumplidos y la sospecha que la Casa Rosada percutirá este año con intenciones de removerla y obtener una vacante forman parte del combo de intrigas con capítulos por delante. Cualquier movimiento oficial que pueda ser percibido en ese sentido, tendrá como efecto consolidar la soledad de Rosenkrantz, quien nuevamente quedó en minoría por aceptar el planteo, considerar la existencia de un caso federal y conceder la cautelar que suspenda el referéndum. ¿Qué hubiera ocurrido si la magistrada acompañaba al titular del cuerpo? Hubiera habido empate, sobre todo sin la presencia de Juan Carlos Maqueda, ausente con aviso durante la feria.

Highton dijo que no había caso judicial para tratar. El fallo del viernes fue el tercero en importancia dictado durante el receso de enero, período que la Corte consideró hasta ahora “sagrado” para endurecer sus criterios de admisibilidad. Fue un dato en sí mismo. El oficialismo se esperanzó con la apertura de feria de Horacio Rosatti. En un año electoral, se prevé una agitada feria invernal, con criterios mucho más flexibles para ser levantada. La “mesa judicial” que asesora a Mauricio Macri fue espectadora de lujo de todo lo que ocurrió. La apertura de feria los tomó fuera de ritmo, la mayoría, recién llegados de sus respectivas vacaciones. En algunas vocalías, esta ausencia de revoloteo de los operadores fue un plus para tramitar la demanda. Un win-win para los diputados nacionales Héctor Olivares y Marcelo Wechsler, que quedaron entre los pocos representantes de Cambiemos en tener algún nivel de éxito litigando ante la Corte. “La única división de poderes que conocen es la que se hace en las escribanías”, se le oyó decir a uno de los ministros en el ascensor del Palacio de Tribunales para describir (con sarcasmo) la metodología que aplica la “mesa judicial” cuando persigue resultados. Los amparistas riojanos percibieron ese ánimo, auspiciados por el abogado multi tasking Ricardo Gil Lavedra. Por eso, se llevaron bajo el brazo la posibilidad de entrar a un repechaje.

Eso quedó plasmado en el considerando 9 del fallo, cuya redacción fue otro mensaje en sí mismo, pero también dirigido hacia el Poder Judicial riojano. Fue un apartado atado a resultados que habilitaba una segunda chance para la sobrevida del amparo si se consolidaba la maniobra intentada por Casas (ver página 16). Solo con un triunfo del “Sí”, con un planteo veloz en la justicia local y ante la oficialización de las listas correspondería que la Corte volviese a intervenir. La opinión de Rosatti y de Ricardo Lorenzetti podría tranquilamente haber sido acompañada por la de Maqueda.

Como una fórmula matemática, “si y solo si” la voluntad popular aceptara la enmienda constitucional, le corresponderá a la Justicia local determinar “en tiempo y forma” los planteos en contra, sin dejar que el paso de los días le gane a la evaluación jurídica (una estrategia muy usual en tribunales del interior que no gustan de confrontar con los poderes políticos de sus provincias) para evitar la “teoría de los hechos consumados”. Fue un llamado de atención para que activen la “prontitud” con la que actuó la Corte en modo verano. También, la Corte le tiró encima la responsabilidad de sostener el “sistema representativo, republicano y federal”. Más allá de esta trifulca electoral, sirvió para lanzar un dardo sobre uno de los objetivos que se plantean en el cuarto piso del Palacio de Tribunales: erigirse como modelo ejemplificador para otros magistrados.

Con respecto a Highton, su posición ha ido oscilando de un apoyo a Rosenkrantz a un paulatino desmarque, graficado en la acordada que diluyó las funciones de la presidencia y que luego n terminó plasmada en el documento final. Su giro en el sensible voto por el “2x1” llegó a complementarse con el del viernes en un asunto mucho más político que social. La indefinición sobre su facultad para otorgar licencias y asignar funciones de superintendencia y la ya inviable creación de la Secretaría General y de Gestión con Elena Nolasco como beneficiaria integran el paquete de desaires. Un sector del Gobierno adscribe a la tesis de que se termine alejando de la Corte y así obtener una vacante que le permita perforar la mayoría “anti-Rosenkrantz” que se conformó por “confluencia de intereses”. Es el mismo sector que diagnostica apresurado que el que lidera la ofensiva contra el oficialismo es Lorenzetti.

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