París - Francia empezará a cobrar una tasa a los gigantes de internet llamados GAFA (Google, Apple, Facebook, Amazon y otras empresas) a partir del 1 de enero sin esperar que la Unión Europea (UE) adopte una norma, anunció ayer el ministro de Finanzas Bruno Le Maire.
Francia avanza contra los gigantes de internet: cobrará un impuesto desde 2019
La medida del gravamen a Google, Facebook y Amazon, entre otros, se anunció después que Macron diera marcha atrás con el aumento a los combustibles que desató la protesta de los "chalecos amarillos".
“La tasa se aplicará a partir del 1 de enero de 2019 y por el conjunto del año 2019 por un monto que evaluamos en 500 millones de euros”, afirmó Le Maire en una conferencia de prensa en París junto al ministro de Desarrollo ruso, Maxim Oreschkin.
Esta medida “podría ser introducida en la ley Pacto”, aprobada en primera lectura por la Asamblea Nacional, que será presentada al Senado a principios del año próximo. “Es una posibilidad, pero tampoco es la única”, explicó.
Sin embargo, el ministro precisó que este impuesto a los gigantes de internet, que Francia ha defendido hasta ahora sin éxito en la Unión Europea (UE), no se limitará a la facturación prevista en la directiva del continente y se ampliará a los “ingresos por publicidad, plataformas digitales y reventa de datos personales”. En cuanto a los impuestos del bloque, Le Maire no se da por vencido y espera que se adopte en marzo una directiva “por unanimidad”.
La medida llegó como consecuencia de la retirada la semana pasada, bajo la presión de los “chalecos amarillos”, del aumento de un gravamen sobre los combustibles que estaba programada a partir de enero.
El titular de Finanzas, al hablar días anteriores sobre cómo se compensará esa pérdida de recaudación con los carburantes, dijo que “los que tienen dinero son los gigantes digitales, que consiguen beneficios considerables gracias al consumidor francés, gracias al mercado francés, y que pagan como mínimo 14 puntos menos que las otras empresas”.
Sosegado por la caída de la movilización de las revueltas durante el fin de semana, el Gobierno francés inicia una carrera contrar reloj para implementar las medidas anunciadas por el mandatario. Centrado en esta crisis sin precedentes, el jefe de Estado anuló su desplazamiento a Biarritz, en el sur del país, donde debía lanzar la presidencia francesa del G-7. Lo hizo para preparar la “gran concertación nacional”, destinada a calmar la tensión.
Las modalidades de este gran debate, previsto hasta el 1 de marzo, todavía no están claras. Tiene que apoyarse en gran parte en los alcaldes y abordar cuatro grandes temas (transición ecológica, fiscalidad, organización del Estado y democracia ciudadana, donde se ha incluido la inmigración).
Entretanto, el primer ministro Edouard Philippe abrió una semana decisiva describiendo en una entrevista con el diario Les Echos las propuestas detalladas por el presidente.
Entre ellas, un aumento de 100 euros mensuales para los trabajadores que ganen el salario mínimo, la defiscalización de las horas extras o la exención de un aumento de impuestos para algunos jubilados.
Estas medidas tendrán un costo de “10.000 millones de euros” para las arcas públicas, y harán que el déficit alcance en 2019 el 3,2% del PIB, según las autoridades.
Para atenuar su impacto en el Tesoro, el Gobierno decidió aplazar un año una reducción impositiva a las empresas que iba a aplicarse en 2019. La medida se aplicará no obstante a las empresas que facturen menos de 250 millones de euros anuales.
Agencias AFP y Télam
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