4 de octubre 2016 - 08:14

Gobierno prefiere un paro, a bono mayor de $ 800: “Sale más barato”

FIJAN UN TOPE DE $5.000 MILLONES AL "PLAN NAVIDAD" - Según el gabinete económico sólo hay dinero para ese nivel de beneficio para jubilados y estatales, y un tope de $45.000/50.000 para excluir del pago de Ganancias al aguinaldo. Para más, no hay fondos. Se especula con una baja convocatoria a un eventual paro general.

Mario Quintana
Mario Quintana
"El presupuesto para los beneficiados el bono de fin de año y la baja de ganancias para el aguinaldo será de $5.000 millones. No más. Si tuviera un costo mayor nos sale más barato pagar el costo de un paro general". La fuente oficial es directa. Habla de un límite fiscal concreto y preciso para el "Plan Navidad" que se ofrecerá al triunvirato de la CGT como prueba final de amor para terminar el complicado 2016 en orden, y pensar ya en 2017. El gabinete económico casi a pleno tiene decidido cuáles serán los topes innegociables para los beneficios que se está dispuesto a plantear ante el triunvirato cegetista para evitar el llamado a un paro general entre octubre y noviembre. Coinciden, aseguran en la Casa de Gobierno, el Ministerio de Hacienda de Alfonso Prat Gay, el de Producción de Francisco Cabrera, el de trabajo de Jorge Triaca y los coordinadores Gustavo Lopetegui y Mario Quintana. Sólo falta el aval del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la rubrica final de Mauricio Macri, la que aparecerá sólo si hay acuerdo con los cegetistas.

Los límites fiscales son puntuales. Tal como adelantó ayer este diario, difícilmente se podrá ofrecer un bono para jubilados y empleados públicos de más de 750/ 800 pesos a pagar en diciembre antes de las fiestas de fin de año. En el caso de la aplicación de Ganancias sobre el medio aguinaldo de fin de año, el tope estaría ubicado entre los 45.000 y 50.000 pesos brutos mensuales; cifra similar a la fijada a mitad de año por el Gobierno. Además quedarán fuera del beneficio los trabajadores en relación de dependencia que hayan presentado declaración de bienes personales y hayan pagado el tributo. El criterio es que sólo sea un beneficio para los sectores más bajos de la cadena tributaria para la cuarta categoría; en teoría (y según la visión fiscal del Gobierno), los que pueden quedar afectados por Ganancias este año por la suba salarial de las paritarias de 2016. El resto, se supone en el Gobierno, tienen los ingresos lo suficientemente altos como para no reclamar en años de vacas fiscales flacas. Para beneficios más generosos, habrá que esperar el tratamiento en el Congreso Nacional de la próxima reforma tributaria, que el Ejecutivo presentará en el Legislativo luego de la aprobación del Presupuesto Nacional 2017, que la semana próxima comenzará a discutirse en la Cámara Alta. Sabe el Gobierno que para que tanto el Presupuesto como la reforma tributaria requieren una negociación dura con la oposición para ser aprobada, con lo que no se quiere afectar más recursos fiscales que los necesarios e indispensables para cerrar el ejercicio 2016.

Por esto el tope que se autoimpuso el gabinete económico para todos los beneficios es de $5.000 millones; dinero que se obtendrá de los ingresos provenientes del bono en pesos a cinco años al 18% anual que colocó el Tesoro la semana pasada. En total se consiguieron por esa operación unos $50.000 millones, que el Gobierno de Mauricio Macri quiere utilizar en 2017, año electoral y de acciones concretas para poder ganar la mayoría legislativa. Para este año lo único que habrá que esperar es cerrar de la mejor manera fiscal posible. ¿Cuánto costaría hacerle caso al reclamo de la CGT sobre la necesidad de pagar un bono de fin de año de no menos de 2.000 pesos y subir el piso del beneficio de los aguinaldos para los salarios de más de 60.000 pesos? Calcula el Gobierno que no menos de 10.000 millones de pesos, una cifra utópica para las debilitadísimas arcas del fisco de fin de año. ¿Qué pasaría si la CGT no acepta la oferta definitiva de los topes de 800 pesos del bono para jubilados y estatales y de los 45.000 pesos de salarios en relación de dependencia? Se sabe que la amenaza concreta del sindicalismo argentino actual es un paro general conjunto entre la CGT y la CTA.

El gabinete económico se mantiene incólume ante la amenaza: el costo político de un paro sería mucho menor al costo fiscal de un gasto extra de más de 10.000 millones para este año. El ala política del Gobierno utiliza otro argumento a favor de la posición oficial. Se analiza que la CGT podría no estar convencida del todo de aplicar un paro con movilización, no tanto por razones sociales o económicas, sino por las serias dudas de garantizar el éxito pleno de la convocatoria. Se especula con que el primer paro nacional de la CGT contra un Gobierno de Mauricio Macri debería tener un éxito arrollador y demoledor. Por el contrario, si el llamado no tuviera eco masivo y la mayoría de la gente estuviera dispuesta a ir a trabajar y sólo movilizara "la militancia" y el aporte de los gremios rebeldes; el sindicalismo argentino perdería una bala de plata y le dejaría al Gobierno el terreno para más ajustes y menos voluntad de negociación.

Son tiempos de especulaciones políticas cruzadas. Pero de sentencias fiscales firmes: no más de $5.000 millones de gastos en el "Plan Navidad"

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