11 de diciembre 2018 - 00:05

Grave: otro ataque narco en Santa Fe amenaza a Justicia y Gobierno local

Dos balaceras en Rosario pusieron en alerta al mandatario Lifschitz y a la ministra Bullrich. Mensajes mafiosos y vínculos con tráfico de drogas.

Calcado. El modo de operación es idéntico al ya visto repetidas veces en los últimos meses, con disparos desde motos de hombres encapuchados.
Calcado. El modo de operación es idéntico al ya visto repetidas veces en los últimos meses, con disparos desde motos de hombres encapuchados.

La violencia narco en Santa Fe no se detiene, y los ataques volvieron a sacudir Rosario, con balaceras en la madrugada de ayer a dos edificios judiciales, a las que tanto la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, como el gobernador socialista Miguel Lifschitz, vincularon a una reacción de la banda “Los Monos”, cuyos integrantes fueron condenados la semana pasada por el tráfico de drogas.

En uno de los episodios, los atacantes dejaron un letrero escrito a mano sobre un cartón con la frase “con la mafia no se jode” -texto utilizado en casos anteriores- y la firma de “Esteban Alvarado”, un hombre condenado por robo de autos y presunto narcotraficante que está prófugo. Los disparos se produjeron con 25 minutos de diferencia en edificios judiciales distanciados por unas 25 cuadras. Según informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA), el primero se produjo a las 2.16 en la sede Rosario de los Tribunales provinciales de Santa Fe. El segundo ataque tuvo lugar a las 2.40 en el edifico del Centro de Justicia Penal, donde también dos personas que se movían en moto y con los rostros tapados por cascos dispararon cinco veces contra uno de los accesos.

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“El ataque a la sede judicial de Rosario es una respuesta a las condenas ejemplares que recibieron los líderes de Los Monos”, dijo la ministra Bullrich a través de Twitter, en referencia la sentencia de la última semana que dictó altas penas a los cabecillas. La funcionaria aseguró que “no podrán imponer el orden mafioso” y que desde su cartera “los seguiremos enfrentando con coraje, día a día”.

En la misma sintonía, Lifschitz también apuntó contra Los Monos y aseguró que en los últimos tres años fueron desbaratadas “más de sesenta organizaciones delictivas”. “Son reacciones desesperadas de grupos que están siendo combatidos por la fuerzas de seguridad y por la Justicia penal”, añadió Lifschitz en declaraciones radiales.

Sin embargo, el nuevo episodio reavivó la disputa con los jueces. Por un lado, el presidente de la Corte Suprema provincial, Rafael Gutiérrez, dijo que son ataques contra la Justicia, para de alguna forma capitalizar las condenas a los integrantes de Los Monos. Por otro, cuestionó al Gobierno de Lifschitz: “Lamentablemente la custodia estaba adentro del tribunal y no había nadie afuera. Son medidas que venimos reclamando hace tiempo para reforzar la seguridad de estos edificios”, dijo en declaraciones recogidas por La Capital. A su vez, el presidente del Colegio de Magistrados de Rosario, Gustavo Salvador, consideró que los ataques revisten “una gravedad institucional importante” y dijo que “no hay que naturalizarlos”.

Por siete ataques similares ocurridos entre mayo y julio pasado -ocurridos luego de la condena de la Justicia ordinaria a los cabecillas de “Los Monos”-, fue imputado como instigador Ariel Máximo “Guille” Cantero, jefe de la banda narco. Otras ocho personas fueron acusadas por los fiscales de la Unidad de Crisis Institucionales como autores materiales de los tiroteos a las fachadas de edificios oficiales y viviendas particulares ligadas a magistrados que participaron del proceso a “Los Monos”.

Respecto de leyenda “con la mafia no se jode”, es el mismo texto que había aparecido en agosto pasado, luego del tiroteo a una vivienda en la que había residido, con anterioridad, una de las juezas que integró el tribunal que condenó a los líderes de “Los Monos” por casos de homicidios y asociación ilícita. El 11 de noviembre la misma leyenda apareció entre las ropas de un prestamista asesinado cuyo cuerpo fue encontrado en los márgenes de la ciudad.

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