12 de abril 2019 - 00:01

"Hoy con $4.500 un turista se aloja en un cinco estrellas"

TITULAR DE LOS HOTELES NEVADA Y ALMA DEL LAGO SUITES & SPA

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El título universitario, emitido en la UADE en los años 80, reza “Doctor en Ciencias de la Administración”. Sin embargo, él dice ser “hotelero de profesión, prácticamente desde que estaba en la panza de mi madre”. Se trata de Sandro Gressani, un empresario que supo incursionar en política en la década del 90, cuando fue secretario de Turismo de Bariloche, la ciudad que lo vio nacer y crecer. Hoy, reparte su tiempo entre la administración y gestión de sus dos hoteles (Nevada y Alma del Lago Suites & Spa), y sortear las vicisitudes económicas del país. “Los proveedores todos los días nos están cambiando los precios”, dispara.

¿La inflación afecta la rentabilidad de sus hoteles?

Sandro Gressani: Sin dudas. Estamos con márgenes muy justos. Lo alarmante es el proceso inflacionario.

¿Con la devaluación volvieron los extranjeros a Bariloche?

S.G.: Creció, poco pero creció. El extranjero ayuda, de eso no hay dudas. La devaluación de nuestra moneda frente al dólar es un factor importante, sobre todo para los brasileros, que llegan atraídos por la nieve y también por la oferta de Bariloche el resto del año.

¿Se cumplió la regla que aseguraba que aquellos que no podían viajar al exterior por los altos costos se iban a volcar al mercado interno?

S.G.: Se cumplió en parte. Yo tenía la expectativa muy alta. Pero las tarifas aéreas fueron caras en enero y febrero. Con la gente que se moviliza en auto sucedió algo parecido. Durante el verano el precio de la nafta aumentó muchísimo. Eso influyó negativamente en el arribo de turistas que llegan por tierra. Quiero remarcar algo: los que vendemos servicios turísticos tenemos que seguir ofreciendo precios diferenciados para el público argentino o residente en nuestro país. Eso es clave.

¿Qué expectativas hay para Semana Santa?

S.G.: Hay un buen nivel de consultas y reservas.

¿Y para el invierno?

S.G.: Las expectativas son las mejores. En nuestro caso congelamos las tarifas hasta agosto de 2019 con el dólar a 34. Eso creemos que hará la diferencia en los tiempos que corren de inflación y turbulencia financiera.

¿La temporada de verano colmó sus expectativas?

S.G.: No tanto. No fue lo que esperaba.

¿La coyuntura modificó los modelos de gestión del negocio del Nevada (3 estrellas superior) y del Alma (5 estrellas)?

S.G.: Sí. Bariloche es un producto muy particular. No tiene alta gama, menos en verano. El target es medio. Y en temporada media los hoteles cuatro y cinco estrellas aprietan a la tarifa de tres. En ese sentido, en el Nevada tuvimos que hacer malabares para surfear la ola. Vendimos en enero y febrero a 45 dólares la doble, un precio irrisorio para un hotel de esas carácterísticas. Hoy con 4.500 pesos un turista se mete en un cinco estrellas.

¿Reformuló la estrategia del negocio con vistas al invierno?

S.G.: Como le conté, congelé las tarifas hasta agosto para el mercado local, que es el que me da el piso, y lo defiendo a muerte. Pero estratégicamente -y lamentablemente- la coyuntura me obligó a enfocarme en los mercados internacionales. Brasil es mi principal objetivo. Ellos, con 7 por ciento de inflación anual, están muy fuertes. Hay muchas consultas de brasileros.

¿Hubo o no hubo revolución low cost?

S.G.: De ninguna manera. Lo bueno que provocó la aparición de las empresas low cost fue que obligó a la aerolínea de bandera y a otras que vuelan a Bariloche a bajar las tarifas. Eso benefició al turista en general.

¿Está invirtiendo actualmente?

S.G.: Siempre. Al Nevada, por ejemplo, le estamos poniendo mucha tecnología. Y lo vamos a operar todo el año en individual. No corto el año para el turismo estudiantil. También quiero destacar que estamos haciendo mucha fuerza con los family planes en ambos hoteles, pero sobre todo en el Alma. Menores hasta 16 años no pagan y hay muchos otros beneficios que anunciamos y detallamos en nuestra página web (www.almasuites.com)

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