22 de julio 2010 - 00:00

Humanos más letales que el peor virus

«Portadores» enfrenta al espectador con lo peor de la condición humana en medio de una pandemia letal; con un poco de humor negro, sus directores, los notables hermanos españoles Alex y David Pastor serían dignos herederos de Buñuel.
«Portadores» enfrenta al espectador con lo peor de la condición humana en medio de una pandemia letal; con un poco de humor negro, sus directores, los notables hermanos españoles Alex y David Pastor serían dignos herederos de Buñuel.
«Portadores» (Carriers, EE.UU., 2009, habl. en inglés). Dir.: Alex y David Pastor. Int.: L. Taylor Pucci, C. Pine, P. Perabo, E. VanCamp, C. Meloni, K. Shipka.

Si ahora resulta temible, mejor no pensar lo que debe haber sido ver «Portadores» hace un año, en medio de la psicosis global provocada por la gripe A. La opera prima de los hermanos catalanes Alex y David Pastor tiene la cualidad de describir de un modo creíble y dramático un mundo diezmado por una pandemia; los pocos sobrevivientes deambulan por carreteras desiertas intentando que ningún infectado les contagie la enfermedad incurable.

Y no hay muchos sobrevivientes. Los protagonistas son dos hermanos que junto a sus dos chicas tratan de pasarla bien en un viaje a la playa donde iban de vacaciones en la infancia. Pero negar la cruda realidad es inútil, especialmente cuando la crueldad de los últimos seres humanos sobre la tierra es más letal que el peor virus. Entendiendo que este tipo de visión ultra dark suele ser el centro de toda buena historia apocalíptica, lo interesante de la aproximación de los hermanos Pastor es el tono que le dan al film: más que una de terror, su desoladora pesadilla recuerda a dramas serios con «mensaje» al estilo de «La hora final» («On the beach») de Stanley Kramer.

Las mejores escenas de «Portadores» incluyen actuaciones memorables como la de Christopher Meloni, encarnando al padre de una nena infectada que se cruza en el camino del cuarteto protagónico, que obviamente no demuestra demasiada solidaridad, igual que todos los miserables vestigios de la raza humana. El film está armado para enfrentar al espectador con lo peor, lo más bajo del género humano, y si sólo se hubieran animado a arrojar un poco de humor negro de vez en cuando, estos hermanos catalanes serían dignos herederos de Buñuel. Lástima que hacia el final no pueden evitar excesos hacia el melodrama, lo que no implica que en el medio no aporten electrizantes escenas de suspenso y auténtico terror, con un realismo poco común.

Dejá tu comentario