20 de octubre 2019 - 15:30

Huracán se dio un gran gusto y venció a San Lorenzo luego de cuatro años

En Parque Patricios se impuso por 2-0 con goles de Lucas Barrios y Facundo Coniglio y celebró el partido más importante ante su gente. Desde la llegada de Néstor Apuzzo lleva cuatro partidos sin perder ni recibir goles.

Huracán ganó muy bien el clásico y dejó a San Lorenzo en llamas.
Prensa Superliga

Huracán venció a San Lorenzo, que se aleja de la punta, por 2-0 y volvió a festejar en un clásico luego de cuatro años.

Por la 10ma fecha de la Superliga, Lucas Barrios, a los 25 minutos del primer tiempo, y su reemplazante, Fernando Coniglio, liquidó el clásico disputado en el estadio Tomás Adolfo Ducó, a los 38 de la segunda parte.

Hubo un mal arbitraje de Fernando Espinoza, a quien se le fue el partido de las manos. El local reclamó dos penales en el primer tiempo: uno a Rodrigo Gómez, quien pareció tirarse, y otro a Juan Garro, por un agarrón de Bruno Pittón.

El árbitro, que fue visitado por el presidente de Huracán, Alejandro Nadur, en el entretiempo, tampoco advirtió un fuerte codazo de Carlos Araujo sobre Héctor Fertoli sobre el final del primer tiempo.

Huracán volvió a ganar el clásico de barrio después de cuatro años. El anterior éxito había sido en Parque de los Patricios en septiembre de 2015, por 1-0 con gol de Patricio Toranzo.

El "Globo" sopla de la mano del interino Néstor Apuzzo, quien está invicto con dos triunfos y dos empates, además de sumar más de 400 minutos sin recibir goles.

San Lorenzo volvió a ser una sombra, perdió cuatro de los últimos cinco partidos y se aleja de la punta que fue suya durante los primeras fechas.

Desde el inicio, Huracán tomó el protagonismo del partido, con un buen planteo de Apuzzo, el eterno interino del "Globo" que asumió, tras la corta estadía de Juan Pablo Vojvoda.

El local se paró con un 4-4-1-1 con Rodrigo Gómez como enganche y Lucas Barrios como referencia de área.

San Lorenzo, por su parte, no supo cómo sortear la presión alta de su rival y fue obligado a tirar pelotazos para Ángel Romero, quien no se encontró como "9".

Los extremos Héctor Fertoli y Ezequiel Cerutti tampoco fueron una vía de solución y las pocos momentos de fútbol dependieron de los pantallazos de Fernando Belluschi.

Huracán también fue el que más situaciones de peligro generó en el área rival, pero no le acertaba al arco defendido por Nicolás Navarro.

Hasta que a los 25 minutos Rodrigo Gómez tiró un centro preciso desde la derecha para Barrios, quien con un gran cabezazo cortó una extensa racha de 301 minutos de sequía de goles en los clásicos.

El último gol en el clásico porteño lo había marcado Nicolás Reniero, hoy en Racing, en el empate 1-1 de marzo de 2018. Luego, se dieron tres 0-0, uno por Superliga (enero) y los dos de la Copa Superliga (abril).

El gol fue un desahogo para el experimentado delantero que volvió a la titularidad luego de seis meses y había quedado marcado en el último clásico por fallar dos penales. Uno, a un minuto del final y otro en la definición por esa vía en los 16avos de final de la Copa Superliga.

El "Ciclón " recién tuvo un atisbo de reacción a cinco minutos del final de la primera parte con un remate de Belluschi que controló el paraguayo Silva.

A pesar de la ventaja, todo Huracán estalló contra el árbitro Espinoza cuando terminó el primer tiempo. Incluso, el presidente del club, Alejandro Nadur, irrumpió al vestuario de los árbitros para reclamar "de mala manera", según confirmó el cuarto árbitro, Jorge Baliño, y generó una demora en el inicio del segundo tiempo.

En la parte final, Huracán le regaló la pelota a San Lorenzo, dejó de presionar y esperó en su campo la respuesta de un tibio rival que nunca reaccionó.

El equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi tuvo el control de la pelota pero no generó una sola situación de riesgo en todo el segundo tiempo.

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El entrenador mandó a la cancha a todos los delanteros, Díaz, el otro (Oscar) Romero y Adam Bareiro, para adelantar en la cancha a su goleador Bruno Pittón. Pero el equipo de Boedo nunca supo cómo entrarle al sólido Huracán.

Apuzzo entendió que debía cuidar la ventaja, hizo cambios defensivos y en una de las pocas que tuvo, el ingresado Coniglio coronó el resultado.

Merecido triunfo de Huracán que volvió a festejar en el clásico porteño y complicó el presente de su rival de toda la vida.

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