6 de noviembre 2018 - 22:31

Imágenes del Buenos Aires cuando todo estaba por hacerse

Las fotografías fueron tomadas, entre otros, por los pioneros Charles DeForest Fredricks, Esteban Gonnet, Benito Panunzi y Christiano Junior.

El pasado. Arriba, el Mercado del Plata en 1895, en la plaza de las Artes y el Pasaje Carabelas. Debajo, conventillo de Olds hacia la misma época, donde se aglutinaban cientos de inmigrantes.
El pasado. Arriba, el Mercado del Plata en 1895, en la plaza de las Artes y el Pasaje Carabelas. Debajo, conventillo de Olds hacia la misma época, donde se aglutinaban cientos de inmigrantes.
El Museo Fernández Blanco está presentando "Buenos Aires, memoria antigua. Fotografías 1850-1900", una exposición curada por Luis Priamo que invita a rastrear nuestra identidad y orígenes. Hoy, en medio de la incertidumbre generada por la inestable situación social, política y financiera del país, la exhibición del patrimonio visual porteño remite a un pasado donde todo estaba por hacerse, y despierta sentimientos que afloran ante la representación de lo propio. Las imágenes tomadas por Charles DeForest Fredricks, Esteban Gonnet, Benito Panunzi, Christiano Junior, Antonio Pozzo, Carlos Feltscher, Samuel Boote, Arturo W. Boote, Alejandro Witcomb, Samuel Rimathé, Harry G. Olds y la Sociedad Fotográfica Argentina de Aficionados, entre otros, configuran una muestra que remonta la historia de Buenos Aires e induce a pensar en el futuro y en los temas fundamentales de la gran metrópolis que estos retratistas imaginaron para el porvenir.

El capítulo "Los pobres" abre la muestra. Allí, en la foto "Lavando ropa" tomada en 1885 por Witcomb, un rancho de adobe pobretón se levanta en medio de un despoblados suburbios porteños. A su lado, en 1900, se vislumbra el hacinamiento de la foto "Conventillo" de Olds. Hecha de abiertos contrastes, la muestra enfrenta a los pobres con la "Clase alta", retratada por Witcomb en 1885 "Jugando al crocket en una quinta". En este mismo capítulo hay una escena "En los jardines del Hipódromo Argentino de Palermo" (1900) tomada por la Sociedad Fotográfica Argentina de Aficionados. Tan sólo 15 años transcurrieron entre una y otra foto, y la elegancia discreta de las jugadoras de crocket abrió paso a la ostentación de las mujeres en nuestro hipódromo, ataviadas con grandes sombreros y vestidos tan llamativos como los de Ascot. Los años son escasos, pero marcan el avance de una ciudad que cobra forma, se destruye (como la vieja Recova) y se construye, con el impulso de su creciente prosperidad. Los 44.000 habitantes de los tiempos de la Revolución de Mayo aumentan a 800.000 en 1895. Sarmiento arriba a Buenos Aires y advierte el progreso de una ciudad pujante, libre del atraso de las ideas que supuestamente podía haber acompañado a la época de Rosas. En este período se produce la transición de la Gran Aldea que Lucio V. López ubica entre Caseros y 1880 y el despuntar de la metrópoli.



La exhibición está basada en el exhaustivo libro dedicado a la segunda media centuria del siglo XIX que, publicado por la Fundación CEPPA hace tres años, va por su segunda edición. Centenares de imágenes acompañadas por un análisis crítico de Abel Alexander junto a Priamo, y un ensayo de Adrián Gorelik, permiten estudiar la historia de la urbanización porteña. Entre las 87 fotos seleccionadas para la muestra está "Vista desde el Retiro" de DeForest (1852), el primer daguerrotipo que se conserva y que, al igual que la primera fotografía de 1830 de Lebeaud en papel, muestran una Buenos Aires ajena, distante, desconocida. A partir de entonces, esa ciudad irreconocible comienza a gestar formas que perduran hasta la actualidad.

Fotógrafos como Christiano Junior, entre otros, retratan al habitante de la ciudad y ponen en evidencia "las bellas cualidades morales que adornaban a la sociedad". Así revelan la psicología de una burguesía provinciana que miraba confiada hacia porvenir, como si viera el país creciendo frente a sus ojos.

Las fotos recorren La Boca, el Retiro, Constitución, Recoleta, el Once, Plaza San Martín, entre otros lugares, y exploran temas como las costumbres, la vida social y el desarrollo; el ferrocarril, los hospitales, el matadero, los mercados y el puerto; las escuelas y los conventillos, además de la llamada Revolución del Parque de 1890 y la manifestación en apoyo de Carlos Pellegrini. El criterio cronológico adoptado para el montaje, impone un antes y un después en las grandes transformaciones urbanas, en "los cambios que la modernidad produjo en la ciudad y sus habitantes, "inmigración mediante". Entre las joyas de la arquitectura que han perdido los porteños, figura una vista de la Aduana Taylor que fue demolida en 1894 y se mantuvo en pie tan sólo 40 años.

El Museo de Arte Hispanoamericano Fernández Blanco viene trabajando en el ciclo de exposiciones fotográficas destinadas a difundir la obra de los viajeros, que aportan una mirada particular. En este marco se presenta "Buenos Aires, memoria antigua" exposición que permite acceder al contexto de la modernización de la Nación y al aporte multifacético de la ola inmigratoria que trasformara culturalmente nuestra sociedad.

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