Coronavirus: escuelas, padres e hijos se involucran en la educación a distancia

La suspensión de las clases por la pandemia de coronavirus da lugar a lecciones online, plataformas y grupos de estudio por WhatsApp. "Cada escuela y cada docente dentro de ella, quién tendrá la responsabilidad de orientar a las familias sobre cómo acompañar en este proceso", dijo la psicóloga Victoria Amerio.

La suspensión de las clases da lugar a lecciones online, plataformas y grupos de estudio por WhatsApp. 

La suspensión de las clases da lugar a lecciones online, plataformas y grupos de estudio por WhatsApp. 

Pixabay

La propagación del coronavirus en el mundo está imponiendo medidas preventivas para evitar contagios masivos de la población. Ante este cuadro de situación las escuelas se preparan para asegurar la continuidad del ciclo lectivo en estas condiciones extraordinarias. Es aquí donde la tecnología entra en el juego: lecciones online, plataformas, grupos de estudio por WhatsApp, herramientas que se habían ido incorporando a las aulas se ponen en el centro de la escena.

“Más allá del entorno que cada institución pueda implementar para trasladar las clases a la virtualidad, lo interesante será el tipo de propuesta que allí se plantee. No podemos perder la oportunidad de trabajar esta problemática con una mirada 360 integrando saberes y procedimientos propios de cada campo disciplinar. Desde nuestro lugar proponemos una reflexión que nos lleve más allá de lo puramente instrumental, que nos permita aprovechar este tiempo convulso para trabajar diseñando experiencias de aprendizaje que posibiliten analizar de manera crítica e interdisciplinaria esta realidad emergente y compleja, desmenuzando las múltiples facetas que la integran”, reflexionó Victoria Amerio, psicóloga y directora pedagógica de la plataforma educativa Kimple.

Así, más allá de la forma de implementación, para la especialista lo esencial de esos entornos virtuales continúa siendo la construcción colectiva de conocimiento: “Promoviendo el debate a través de foros, organizando grupos de trabajos encargados de investigar un tema en particular para luego comunicar a sus compañeros los resultados de esa investigación, creando documentos colaborativos en múltiples formatos (texto, audiovisual, gráfico), incluyendo las voces de diversos actores (como las familias o profesionales de la salud) que pueden participar de manera sincrónica (a través de videollamadas o salas de chat) o asincrónica (a través de breves cápsulas de video), organizando formularios online para realizar entrevistas y conocer cómo se vio afectada la vida cotidiana y laboral de personas de distintas edades y geografías, poniéndonos en contacto con instituciones escolares de otros países”.

Pero no sólo las instituciones tienen que implementar nuevas estrategias, toda la comunidad educativa se ve afectada. Los padres suman a las preocupaciones por la salud de sus hijos, el dilema de pensar que los chicos estarán en casa y cuál será la mejor manera de ayudarlos a sobrellevar este momento. En ese sentido, Amerio señaló: “Si bien es genuina la preocupación de las familias sobre el acompañamiento que deben ofrecer a sus hijos en estos tiempos de cuarentena y aulas virtuales, creemos importante recordar que será cada escuela y cada docente dentro de ella, quién tendrá la responsabilidad de orientar a las familias sobre cómo acompañar en este proceso ya que cada institución lo hará desde su particularidad y de acuerdo a su proyecto institucional”.

Para finalizar, la licenciada Amerio brindó algunos consejos para los padres ante este nuevo escenario:

  • Continuar realizando (o aprovechar este tiempo con mayores horas de convivencia en las casas para comenzar a hacerlo) las mismas acciones que permiten acompañar a los chicos en sus procesos escolares habituales.
  • Ayudarlos a organizar el tiempo y el espacio indicado para realizar la tarea, para que los chicos puedan apropiarse rápidamente de las rutinas que el nuevo escenario impone. Se podrá, por ejemplo, armar junto con los niños listas de tareas que permitan visualizar pendientes y progresos, para que puedan - paulatinamente y de acuerdo a su edad- asumir el “autocontrol” de esa gestión.
  • No “adelantarse” al pedido de ayuda y esperar que sean los niños los que soliciten la intervención de los adultos si así lo necesitaran. Si tuviesen dificultad con alguna tarea, es importante orientarlos a que, en primer lugar, consulten con el docente (seguramente se hayan habilitado canales de comunicación virtual docente-alumnos) o con sus compañeros para poder evacuar dudas.
  • Al finalizar el día, será bueno conversar sobre lo trabajado no desde el lugar de la “evaluación” de lo hecho, sino generando un espacio de diálogo y escucha familiar donde los adultos demuestran interés y valorizan las actividades de los niños dando lugar a que compartan no solo lo que hicieron sino también cómo se sintieron, promoviendo una mirada sobre las propias emociones: qué cuestiones llamaron su atención, qué cuestiones lo sorprendieron, cuáles le costaron más, cuáles le aburrieron. Será una buena oportunidad para hacer crecer las enumeraciones del estilo: hice cuentas, leí un cuento y respondí preguntas, hacia expresiones tales como “me puse nervioso porque una cuenta no me salía y le pedí ayuda a un amigo, leí dos veces el cuento porque me encantó la parte en que el ogro se cae al charco y las preguntas las respondí súper rápido porque eran muy fáciles”.

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