Música: Fito Páez viaja al más acá con Lali y Mala Fama

En "La conquista del espacio", el rosarino brilla a través de un llamado a la libertad. Además, el encuentro irresistible de Triángula y la cruza bailable de Anderson Paak y Justin Timberlake.

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Fito Páez reaparece con La conquista del espacio, un disco abierto que, más que un viaje hacia el territorio exterior, es una revalidación de la libertad del espacio interior. Y así lo expone desde el inicio, con la canción que da nombre al trabajo y un comienzo cinematográfico que la mantiene siempre arriba con eso de “la conquista de decirnos la verdad”. Con el rol del artista como comunicador natural del sentimiento.

Nueve canciones en las que Páez vuelve al plan de la exposición natural como ya había demostrado en “Resucitar”, primer corte en clave luminosa y con una selección de cuerdas que lo hacen un poco más épico. Con las segundas oportunidades al frente y aquello de “no es fácil vivir con el dolor que te causé, pero empiezo a sentirme bien”.

“Las cosas que me hacen bien” hubiese entrado perfecto en cualquier disco del Fito de los 90. El toque Circo Beat desde un lugar de cronista contemporáneo. Entre el perreo y el fernet con cola; mientras que en “La canción de las bestias” se luce hablando del monstruo interior. Con la guitarra como compañía solitaria, con “los restos de lo que fue una gran ciudad”, entre las preguntas y las respuestas en las que se encuentra toda la sociedad.

Para la mitad del disco, Fito se sube al boom de los feat para darle vida a “Gente en la calle”, junto a Lali Espósito. Un cruce generacional que revitaliza desde lo urbano a este artista siempre capaz de ponerle un punto geográfico a una situación diaria como la que sucede en ese allá afuera que grafica en Pueyrredón y Libertador o Parque Lezama. Ese mundo salvaje que gira. Quizá la canción más radiable para un cruce acertado.

Fito Páez - Gente en la calle (Ft. Lali)

Algo que, de seguro, genera opiniones variadas, es “Ey, you”, el encuentro musical Hernán Coronel de Mala Fama y Ca7riel en guitarra. Un tema que rompe y que sirve para cambiarle el tempo al disco.

En “Nadie es de nadie” Páez expone otros de los rockitos a los que ya acostumbró y que su público celebró. Para cerrar, “Todo se olvida”, y ese amor por la libertad como corolario ideal para un disco que habla de dejarse ser.

Triángula

En su primer disco, Triángula junta a tres de las mejores voces argentinas de la actualidad para conformar un trabajo que navega entre lo primitivo y lo innovador. Micaela Vita, Noelia Recalde y Nadia Larcher se ponen al frente de un proyecto coral que tiene su pata principal en el juego vocal, la danza de la palabra como denominador común y el vuelo musical que permite explorar con mayor profundidad los sentimientos expuestos.

Y es que, sin dudas, se trata de un disco que supera su propia confección. Un relato de cauce y ca(r)nal interior que comunica de forma sensorial la voz de un colectivo. Un viaje ancestral, y corporal, abordado desde los diferentes ángulos de un trío de mujeres que se mueven desde lo equilátero de sus posiciones y lo escaleno que puede resultar la hondura de su arraigo musical.

Luego de unirse para interpretar “Marzo”, la canción que Duratierra (banda integrada por Vita y Juan Saraco, también guitarrista en este proyecto) grabó para su disco Cría, la reunión laboral de tres mujeres pasó de categoría para convertirse en una familia que, siempre que pudo, se encontró para volver a revivir esa mágica sensación extramusical.

En su primer disco, lo que Triángula deja a la vista es un sentimiento diferente. Distinto. Ajeno y propio. De esos que causan cosquillas. Un brote de armonía que servirá como planta de guía para generar soberanía en ese territorio de luchas donde habitan sus voces. “Mi bandera sagrada, la que elevo cuando me callan, la voz es mi desafío, mi mundo, mi fauna de invocaciones, el barro lleno de huellas, pasos de mis hermanas, mi voz es mía, es mi alma hecha vibración”, como recita Larcher en “Testamento” antes del ingreso épico de Noelia Recalde y la confirmación subcutánea de Vita: “Mi voz se escapa en el viento, va en busca de los recuerdos”.

Entendidas de su poder vocal, el trío de mujeres juega cada vez que puede frente a la guitarra de Saraco como pasa en “Hermana”, donde la bases de Lucas Bianco y Jonatan Szer sirven para cambiar los pulsos.

La capacidad de bordado de la palabra vuelve a tomar forma en “Aldacira”. “La sonrisa es el jardín”, canta Recalde. Y en este tema dedicado por Larcher a la artista tejedora catamarqueña se exhibe también gran parte de la naturaleza de un grupo de clara conciencia política y social. Una telaraña que enmarca.

En “Hasta prender la luz”, Recalde pone el corazón sobre la mesa en uno de los temas más personales de un trabajo combinado, en el que Saraco aprovecha para cortar con la esencia rockera de su guitarra. “Flores”, por su parte, es pausa de campo, memoria cinematográfica. Con el sintetizador como riego. “Aliada” pone a Larcher en sociedad con el bajo de Bianco para recorrer en clave torbellino la esencia de canto; mientras que “Mecer” es un funk que quiebra con las voces de la actualidad.

Y otra vez el viento. Y el tiempo. Como carril, para llegar a Santiago Maldonado. Como huella, puente hacia la lucha de la memoria. En “Setnuj” se enciende la alarma y se anuncia la llegada de la unidad en lenguaje inclusivo, e invertido. Y el grito de “Se va a caer” se hace símbolo de “pertesencia” en el canto popular transfeminista para llegar al llamado primigenio de “Agua dorada”, tema perteneciente a “Palabra”, primer disco de Recalde.

En su primer trabajo, Triángula logra todo para todas.

Entre otros grandes lanzamientos que se hicieron en la semana, sobresale el nuevo color que le aporta Jorge Drexler, junto a Seba Prada, a “Milonga de ojos dorados”, del gran Alfredo Zitarrosa, para uno de esos encuentros mágicos que suelen ocurrir en Pardelion. Por su parte Kiddo Toto, la versión musical del actor Toto Ferro (El Ángel), se une a Louta y Bhavi y no pasan desapercibidos en “Scoco”, donde también se suma Pablo Lescano para generar una canción entre el trap y el pop. Un seleccionado de valor para los más jóvenes del género más actual.

SIAMÉS "Summer Nights"

Siamés, gran promesa local, con clara impronta internacional, editó “Home”, su segundo disco de claro potencial bailable que deja en evidencia por qué está triunfando en el exterior. “Summer nights” es la prueba necesaria para entender el formato de un grupo en éxtasis musical. ¿Más? Anderson .Paak, siempre. Y si viene con Justin Timberlake, mejor. “Don´t slack”, tema insignia de la película Trolls World Tour, llama al repiqueteo corporal y no se detiene. Nunca.

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