7 de julio 2019 - 18:56

Irán avanza con programa de enriquecimiento de uranio y preocupa a las potencias

La república islámica amenazó con avanzar con otras medidas en caso de que continúen las restricciones de vender su petróleo y de comercializar con el exterior.

Hasán Rohaní, presidente de Irán.

Hasán Rohaní, presidente de Irán.

Noticias Argentinas.

Irán confirmó este domingo que comenzaba en las próximas horas a enriquecer uranio a un nivel prohibido por el acuerdo sobre su programa nuclear de 2015, y amenazó con liberarse de otras obligaciones en "60 días".

"Dentro de algunas horas", Irán reanudará el enriquecimiento de uranio 235 a un nivel de pureza superior al 3,67%, declaró Behruz Kamalvandi, portavoz de la organización iraní de energía atómica, sin precisar el nuevo nivel.

La víspera, un asesor del guía supremo iraní precisó que las necesidades del país para sus "actividades pacíficas" correspondían al uranio enriquecido al 5%, un nivel lejos del 90% necesario para la fabricación de una bomba atómica.

Pese a las críticas, Teherán afirma que su decisión de liberarse paulatinamente de algunos de sus compromisos solo busca salvar el acuerdo nuclear iraní firmado en Viena en julio de 2015.

En respuesta, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, amenazó a Irán con "más aislamiento y sanciones".

"La última ampliación de Irán de su programa nuclear conducirá a un mayor aislamiento y sanciones. Las naciones deben volver a la antigua política que prohibía el enriquecimiento al programa nuclear de Irán. El régimen iraní, equipado con armas nucleares, representaría una amenaza aun mayor para el mundo", tuiteó el secretario de Estado de Estados Unidos.

En dos comunicados separados, Londres y Berlín pidieron a Teherán en términos similares de revocar su decisión. Los dos países indicaron que estaban en contacto "con las otras partes" involucradas para decidir una respuesta a la decisión iraní.

El viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, amenazó el domingo con liberarse de otras obligaciones en materia nuclear, sin precisar cuáles, en "60 días", al menos que se encuentre una "solución" con sus socios para responder a sus peticiones.

Estas trataron esencialmente de la posibilidad para Irán de seguir vendiendo su petróleo y de comercializar con el exterior, eludiendo las sanciones estadounidenses.

Araghchi también recordó que Irán podía dar marcha atrás en cualquier momento si se satisfacían sus peticiones.

El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, dijo que la supervivencia del acuerdo de Viena dependía de los europeos. Según él, "cada una de estas medidas sólo podrá anularse si [Berlín, Londres y París reaccionen] conforme" al texto.

El acuerdo lo habían firmado en Viena Irán y seis grandes potencias (China, Rusia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania) tras 12 años de crisis por el programa nuclear iraní.

En virtud de este texto, Irán se comprometía a no hacerse con la bomba atómica y a limitar drásticamente sus actividades nucleares, a cambio de una retirada de las sanciones internacionales que asfixiaban su economía.

Trump justificó la salida de este pacto al acusar a Irán de no haber renunciado realmente a dotarse del arma atómica y de ser la causa de todos los males en Oriente Medio. Irán siempre negó querer la bomba atómica.

La reimposición de sanciones estadounidenses hizo huir a las empresas extranjeras que habían empezado a regresar a Irán y hundió su economía.

El 8 de mayo, Teherán anunció que renunciaría a dos de los compromisos asumidos en Viena: el respeto del límite fijado a sus existencias de agua pesada (1,3 toneladas) y el impuesto a sus reservas de uranio débilmente enriquecido (330 kg).

Irán acompañó este anuncio de un ultimátum de 60 días a sus socios para ayudarle a eludir el bloqueo estadounidense. De lo contrario Irán enriquecería a más del 3,67% y reemprendería un proyecto de construcción de un reactor de agua pesada en Arak (centro).

Sobre este segundo punto, Araghchi indicó el domingo que Irán no iba a ejecutar su amenaza y privilegiaba por ahora el proyecto de conversión del sitio acordado en Viena, hablando de "avances" estos dos últimos meses.

Al incumplir sus compromisos, Irán se expone a que la cuestión de su programa nuclear acabe ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que podría restablecer las sanciones que se le habían retirado.

Los países europeos, China y Rusia intentan, en principio, solucionar la cuestión sin recurrir al Consejo, ya que Teherán advirtió que eso implicaría la muerte del acuerdo.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó las medidas iraníes de "muy peligrosas" y exhortó a los europeos a imponer "duras sanciones" a su archienemigo Irán.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) indicó en Viena que sus inspectores en Irán le informarían "en cuanto hayan verificado" que Irán enriquece uranio a un nivel superior del 3,67%.

Según Kamalvandi, los inspectores extranjeros deberían constatarlo a partir del lunes por la "mañana".

A petición de Estados Unidos, el OIEA mantendrá una reunión extraordinaria el 10 de julio para analizar los anuncios iraníes.

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