Entra y sale de la lista de los justiciables que maneja el Congreso. Fue el primero de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia en ir en los años '90 a juicio político por un tema que se consideró siempre personal pero que podía comprometerlo como juez. Ahora se conoce otra arista de Augusto Belluscio: fue designado como árbitro en el tribunal que se ordenó formar en 1996 para zanjar las diferencias entre el fisco y el grupo Bulgheroni por impuestos impagos que en esa fecha alcanzaban más de u$s 1.000 millones. En ese arbitraje, ahora suspendido por un decreto de Néstor Kirchner que se conoció esta semana, se sustraía de la Justicia Ordinaria una de las causas más polémicas sobre pago de impuestos, algo que logró en 1996 el grupo demandado. Domingo Cavallo resistió hasta su renuncia, en 1996, la firma del pase a arbitraje de la causa, pero Roque Fernández accedió a firmarlo. Antes de dejar el gobierno, Raúl Granillo Ocampo (ministro de Justicia) designó en 1999 a Belluscio como árbitro en defensa del Estado, función que, si se hubiera iniciado alguna vez el arbitraje, hubiera superpuesto o aun comprometido su rol como juez de la Corte. Lo hubiera beneficiado, además, con honorarios proporcionales al monto de la demanda, algo impensable para un juez, aunque fuera de la Corte.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
El procurador del Tesoro de Fernando de la Rúa, Ernesto Marcer, redactó el primer decreto llevando ante la Justicia el caso Bulgheroni, pero el presidente no se animó a firmarlo. Lo mismo hizo su sucesor en la Procuración, Rubén Citara, que tampoco logró la firma de Eduardo Duhalde. Ese mismo decreto se lo encontró el actual procurador, Horacio Rosatti, que sí consiguió la rúbrica de Kirchner.
Dejá tu comentario