Argentinos Juniors parece la perdición temporal del ex general Guillermo Suárez Mason, el « pajarito» que cayó por el amor a la camiseta. Allí, tal era su partidismo, había jugado su hijo de wing (con el apellido de la esposa, claro, en tiempos del Proceso) y él, en apariencia, era tan fanático de los «bichitos colorados» ( toda una paradoja) como el actual jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Por volver al club de sus amores al cumplir y celebrar 80 años, casi un sueño de la ancianidad, olvidó hasta que lo habían echado como socio por sus violaciones a los derechos humanos. Pero la pasión del hincha es superior a esos desdenes. Ni pensó, se supone, en la pérdida de su «prisión domiciliaria». Senilidad tal vez o ese afecto inexplicable como el del ex jugador del club, Fernando Redondo (hoy en el Milan), quien en silencio por agradecimiento le donó a AJ l00 mil dólares, mientras otros que allí nacieron (Diego Armando Maradona) ni quieren acordarse, por no hablar de donaciones, de que allí se hicieron famosos.
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