17 de octubre 2005 - 00:00

Caso Dallas: comenzó el juicio contra Horacio Conzi

Horacio Conzi esta mañana en los Tribunales de San Isidro. En la primera audiencia del juicio oral al empresario se lo notó nervioso.
Horacio Conzi esta mañana en los Tribunales de San Isidro. En la primera audiencia del juicio oral al empresario se lo notó nervioso.
Una de las testigos clave del crimen de Marcos Schenone reconoció hoy al empresario Horacio Conzi como la persona que conducía la camioneta desde donde balearon el remís en el que viajaba ella junto a la víctima y otras tres personas, durante la primera jornada del juicio oral por el caso.

En tanto, la segunda chica que estaba en el auto baleado y que también es considerada "clave" no reconoció a Conzi y a raíz de varias contradicciones con su amiga ambas fueron careadas.

 Paula Alonso fue la primera testigo que declaró hoy frente al Tribunal Oral Criminal 4 de San Isidro en la jornada inaugural del juicio oral que se le sigue al dueño del restaurante Las Olas (ex Dallas) de Martínez como autor del homicidio de Schenone, ocurrido el 16 de enero de 2003 en la localidad bonaerense de Béccar.

Para el fiscal que hizo la instrucción, Mario Kohan, Alonso además es el móvil del crimen, ya que Conzi se alteró cuando adentro de su local Dallas vio a Schenone besándose con Alonso, luego de que él intentara, sin éxito, conquistar a la joven.

"Era Horacio Conzi, el dueño del local", dijo la joven, quien está por recibirse de psicóloga, y cuando los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Carlos Vales Garbo le preguntaron cómo sabía quién era, respondió: "Porque un rato antes, él se había presentado así. Horacio, el dueño de Dallas".

En su relato, Alonso, quien resultó baleada en un tobillo en el episodio, reconoció que esa misma noche estuvo durante una hora dialogando con Conzi dentro del restaurant antes de que se produjera la persecución y la muerte de Schenone.

Respecto del momento en que ocurrió el crimen, admitió que no pudo observar a la persona que efectuó los disparos cuando el vehículo se les puso a la par, pero aclaró que a la única persona que vio dentro de la camioneta fue a Conzi.

Dijo que no vio el arma ni quién disparó, pero escuchó las detonaciones y recordó que, en ese momento, Schenone la tomó por la cabeza y la hizo agachar para protegerla.

Respecto de lo que sucedió horas antes en Dallas, Alonso aseguró que estuvo tomando champagne con Horacio Conzi y que el empresario le ofreció trabajar en la redacción de un libro sobre Jesucristo.

Cuando le preguntaron si cree que Conzi pudo haber tenido un ataque de celos, la chica respondió que ella no mantuvo ningún juego de seducción con el empresario.

Sin embargo, recordó un episodio: "Salimos del baño con Gisella (Carabetta, otra testigo clave) y nos encontramos con Conzi.

Gisella le preguntó si estaba casado y él respondió: 'Tengo novia' y me abrazó".
Alonso estimó que Conzi los mandó a echar de Dallas porque la vio besándose con Schenone, a quien había conocido esa misma noche en la entrada.

La joven también recordó que las conversaciones que mantenía Conzi eran "incoherentes" y que el empresario sólo realizaba "monólogos".

Durante todo el relato de la testigo, Conzi se mantuvo nervioso y se sobresaltó cuando la fiscal Gabriela Baigún interrogó a Alonso cuando la chica reconoció a la camioneta Cherokee del empreasario como el vehículo desde donde dispararon.

Bronceado, con un impecable traje oscuro, camisa blanca, corbata plateada y lentes, a Conzi se lo vio muy distinto respecto a cuando fue detenido el 14 de marzo de 2003, tras permanecer prófugo casi dos meses.

"La está induciendo", gritó Conzi mientras aplaudía, motivo por el cual fue severamente advertido por los miembros del tribunal para que no volviera a tener ese tipo de reacciones.

La segunda testigo del debate fue la amiga de Alonso, Carabetta, también ocupante del remís y quien recibió un balazo en la muñeca en el episodio.

Carabetta, quien es hermana de un carpintero que aún trabaja en el restaurante de los hermanos Conzi, en cambio, con un endeble relato nunca incriminó al imputado.

En primer término, afirmó que no pudo reconocer quién manejaba la camioneta "por la falta de iluminación en la calle, porque el remís tenía parasoles en la luneta trasera" -sin embargo vio que era una persona de pelo claro y con camisa oscura- y porque "venía medio tomada", en referencia al consumo de alcohol.

Al igual que Alonso, Carabetta reconoció que fue el propio Schenone quien antes de morir dijo que quien los perseguía era "el dueño de Dallas", pero insistió en que ella no lo vio.

Carabetta también sugirió que fueron los primeros policías en llegar a la escena del hecho quienes le hablaron de Conzi e incluso denunció que en la DDI de San Isidro le mostraron por una ventanita -no en un reconocimiento judicial-, al hermano del imputado, Hugo Conzi para que dijera si era quien viajaba en la camioneta.

La principal contradicción entre ambas chicas surgió porque Alonso declaró que durante la persecución y una vez que terminó la balacera, Gisella le confirmó que había visto a Conzi en la camioneta, pero la hermana del carpintero de Dallas lo negó en su declaración e, incluso, dijo que su amiga nunca había mencionado al dueño de Dallas como el autor de los disparos.

Por ese motivo, en el final de la audiencia se produjo un careo en el que Alonso se mantuvo firme en sus dichos y Carabetta, si bien sostuvo que nunca vio a Conzi, reconoció que en la comisaría su amiga le dijo que quien disparó fue "el viejo" en referencia a Conzi.

La defensa de Conzi, a cargo de los abogados Ricardo Montemurro y Gonzalo Díaz Cantón, hicieron hincapié al preguntar a las testigos en cuánto alcohol habían consumido -para ver si estaban en condiciones de reconocer a alguien- y si vieron a Conzi ebrio o drogado.

Es que una de las estrategias de la defensa será intentar demostrar que la madrugada del hecho Conzi no podía dirigir sus acciones y por lo tanto es inimputable.

El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta mañana a las 9.30 cuando declararán los otros dos sobrevivientes del ataque: Gustavo Pacheco -amigo de Schenone- y Rodolfo Fernández, el remisero que al igual que las chicas, resultó baleado.

El dueño del restaurante Dallas llegó al juicio acusado del homicidio simple de Schenone en concurso real con las cuatro tentativas de homicidio de las personas que viajaban en el mismo remís y sobrevivieron al ataque a balazos.

La madre de la víctima, Elsa Schenone pidió hoy para Conzi "mil años de cárcel", pese a que su querella pedirá reclusión perpetua.

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