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Kirchner intervino Enargas: coletazo del caso Skanska
Alberto Fernández anunció ayer la intervención del Ente Nacional Regulador del Gas. Fue el paso siguiente al desplazamiento la semana pasada de su titular, Fulvio Madaro, en una derivación directa del caso Skanska. Ahora todos los funcionarios del ente quedaron sospechados. La medida será por 180 días corridos prorrogables y el interventor será Juan Carlos Pezoa, hasta ayer vicejefe de Gabinete. Ante cualquier anomalía, el flamante interventor deberá informar «con precisión su significatividad económica y el impacto que ésta ocasiona». Tiene la orden de revisar todos los procedimientos internos del Enargas para registrar obras, y aplicar sanciones a las empresas. Casi en simultáneo, Néstor Kirchner protagonizaba ayer una rareza para este gobierno: aparecía en un reportaje radial. Allí insistió en la teoría oficial de que el escándalo es una cuestión de coimas entre particulares. La oposición, mientras tanto, ya le rechazó el nombramiento de Pezoa. Hoy presentarán un amparo a la Justicia y pedirán que se frene la asunción del nuevo funcionario.
De perfil bajo, Pezoa se viene desarrollando en distintos ámbitos del gobierno prácticamente desde principios de los 90. Se lo reconoce como uno de los hombres que más sabe acerca de la relación del gobierno nacional con las provincias, particularmente en aspectos vinculados a la coparticipación federal.
Cuando Cavallo ocupó la cartera económica, se desempeñó como subsecretario de Relaciones Fiscales con las provincias, cargo al que volvería en 2002 de la mano de la presidencia de Duhalde.
También en los 90 fue nexo entre Economía y el Ministerio del Interior. Además de posiciones ejecutivas, resultó electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en el período 1995-1999.
En aquellos años conoció a Alberto Fernández y lo acompañó en la gestión que éste desarrolló en el Grupo Banco Provincia. Pezoa quedó envuelto en un escándalo cuando trascendió que cobraba un sueldo de 9.800 dólares mensuales como asesor del Banco Provincia entre 1999 y 2001.
El decreto en el que se define la intervención de Pezoa en el Enargas no sólo se avanza sobre las responsabilidades burocráticas dentro del organismo. También se lo instruye a profundizar la investigación sobre la actuación del organismo en el caso investigado. Uno de los puntos establece que tendrá que «evaluar e informar los procedimientos implementados en el Enargas en cumplimiento de las funciones que fueran delegadas al ente, en lo que respecta al seguimiento y control de gestión de las obras por fideicomiso efectuadas para atender inversiones de transporte y distribución de gas».
Y continúa señalando que «en caso de detectarse alguna anomalía, el interventor deberá informar con precisión su significatividad económica y el impacto que la misma ha causado sobre la gestión». Es decir que tendrá la tarea de investigar qué papel tuvo el Enargas en las coimas del caso Skanska, además de lo que ya está efectuando la Justicia.
Según surge de la investigación judicial, para la construcción del gasoducto TGNTGS, al Enargas le correspondía 3% en concepto de retorno, mientras que otro 2% era para Nación Fideicomisos. Ambas entidades eran las encargadas de efectuar el seguimiento de la ejecución de las obras efectuadas en 2005, como también que el dinero aportado por las empresas tuviera el destino indicado.
Destaca que «si bien de los informes habituales de control y de gestión no surge noticia suficiente de anomalías funcionales de gravedad en el Enargas, destacándose en ellos la existencia de un sistema integral de control sobre el cumplimiento de las obligaciones del Ente en relación a las actividades de su competencia».
La intervención también modifica la situación de uno de los miembros del directorio del Enargas, Ricardo «Pacha» Velazco, esposo de la ministra Felisa Miceli y que se desempeña como vocal tercero en el organismo. Con la decisión del gobierno desaparece el directorio y tanto Velazco como Carlos Abalo (el otro miembro del directorio que se mantenía en funciones) quedan como asesores. El directorio del organismo, de todas formas, estaba incompleto desde hace varios años, ya que faltaba la designación del vicepresidente y de uno de los tres vocales. Además, el titular debía ser designado por el Congreso, pero Madaro fue designado por decreto.
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