Hay una carta que circula en Tribunales, con firma -pertenece a Bernardo Licht, miembro de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal-y firmeza. Alude a las atrevidas declaraciones de Eduardo Duhalde sobre Carlos Fayt, al que le pidió la renuncia, argumentando que «debió haber renunciado hace diez años, porque tiene 85 y son muchos».
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Al margen de la admiración de Licht por Fayt (a quien considera en el nivel de un Julio Oyhanarte o de un Luis María Boffi Boggero), interesan otras referencias que tal vez afecten el hígado del Presidente.
La primera se refiere al grosero error -agravado según el autor por provenir de un graduado en Derechosobre el artículo 99 de la Constitución Nacional que incorporó esa cláusula (edad) con motivo de la reforma de 1994, por lo que hace diez años no regía el texto sobre el cual, finalmente, se expidiera el Alto Tribunal en Fallos 322:1616.
La otra observación no sólo alude a falta de conocimiento del Derecho, sino al desconocimiento de la doctrina básica del justicialismo. Y Licht recuerda las Obras Completas de Juan Domingo Perón, que en el volumen XXV, Exilio-482-6, dice: «Esos viejos cuya mentalidad es joven no tienen por qué ser raleados y menos apresuradamente. Esa gente tiene que dar a la nueva generación todo el producto de su ciencia y de su experiencia para capacitarla, porque el cambio generacional no ha de ser para perder, ha de ser para ganar; o sea, no cambiemos lo bueno que tengamos por lo malo que venga, porque entonces habremos hecho un mal negocio. Los jóvenes deben darse cuenta de que el cambio generacional no es tirar todos los días un viejo por la ventana, sino ponerse a trabajar al lado del viejo, tomarle toda su experiencia y sabiduría, y utilizarla en la función que uno cumple».
Parecen críticas a Duhalde. En rigor, son consejos.
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