8 de septiembre 2008 - 00:00

Los informes de bomberos culpan más a la utilización de bengalas que a los sistemas de seguridad en Cromañón

Los informes de bomberos culpan más a la utilización de bengalas que a los sistemas de seguridad en Cromañón
Las pericias llevadas a cabo por los bomberos con posterioridad a la tragedia de República de Cromañón atribuyen mayor responsabilidad a la utilización de bengalas que a los sistemas de prevención contra incendios con los que fue habilitado el local, pero con la salvedad que el permiso contemplaba una capacidad de 1.031 personas.

Los peritos del Departamento Técnico Investigativo de la División Siniestros de la Policía Federal concluyeron que la casi totalidad de los elementos pirotécnicos hallados en el boliche de Once no eran aptos para su utilización en locales cerrados.

Además, no podían ser vendidos a menores de 16 o 18 años dado el caso, ni tampoco ser encendidos cerca de personas o combustibles.

En el mismo informe, leído durante la novena jornada del Juicio Oral y Público con que se inició la semana, se realizó un cuadro comparativo de las bengalas secuestradas en las dependencias "administrativas" de Cromañón, las que no habían sido utilizadas, con los restos de otros elementos pirotécnicos -27 en total-- que podrían haber sido los que originaron el incendio, encontrados dispersos en el local donde murieron las mayoría de los 194 chicos fallecidos, a raíz de la ingesta de gases tóxicos.

La descripción de los elementos encontrados y secuestrados por la justicia en las oficinas de Cromañón reavivaron hoy la hipótesis de que eran los propios organizadores o sus familiares quienes proveían de las bengalas a los seguidores del grupo Callejeros, cuyos integrantes también están siendo juzgados, junto con el dueño del local, Omar Chabán, por el delito de "estrago doloso".

Según la descripción pericial en ese sitio se secuestraron 5 bengalas iluminantes, una bengala iluminante extensiva, 3 foguetas de 3 tiros, 1 señal de humo señalizante, 5 petardos, 1 batería pirotécnica, 2 candelas mágicas de 30 tiros, 4 bengalas de origen chino y otra mediana sin identificar su origen.

Asimismo, entre los restos dispersos que los bomberos encontraron en el salón se destacan una bengala iluminante, foguetas de 3 tiros y petardos del tipo Color-Flowers, en cuyas instrucciones se dejaba expresamente establecido que no podían ser vendidas a menores y "su encendido debía efectuarse lejos de personas y combustibles", mientras que el de los petardos se debía hacer "a cielo abierto, encender y alejarse".

Nada de eso ocurrió en Cromañón la noche del 30 de diciembre de 2004.

Además, el informe deja establecido que existió "plena coincidencia en cuanto a las características generales" de los elementos secuestrados en ambos casos, por lo que el origen de los mismos no podía ser otro que el de la pirotecnia encontrada en las oficinas.

"La totalidad de los elementos secuestrados son idóneos para producir un foco ígneo", advierte el informe, que destaca también que los mismos están destinados a ser utilizados en espectáculos lumínicos o festivos, mientras que las bengalas de señalización se usan para emergencia, en la mayoría de los casos de uso náutico.

Así se desprende de la lectura del informe final elevado por la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal en el cual se advierte también que cuatro de las seis puertas de doble hoja destinadas a la evacuación del local -con salida hacia el exterior del salón- estaban con los pasadores puestos, mientras que el portón de salida alternativa, que contaba con barral anti pánico, se hallaba cerrado con candado y alambre.

En el mismo informe, leído durante la novena jornada del Juicio Oral y Público con que se inició la semana, se realizó un cuadro comparativo de las bengalas secuestradas en las dependencias "administrativas" de Cromañón.

Asimismo, se comprobó que la mayoría de los 15 matafuegos se hallaban despresurizados y no aptos para su uso.

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