Agentes del servicio exterior de la SIDE indagaron a empleados jerárquicos del aeropuerto de Ezeiza pocos días después de la aparición del cargamento de cocaína en Madrid.
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El personal fue sometido a una sesión de videos, en los que aparecían como protagonistas personal de la Aduana y de la Policía Aeronáutica en sectores vedados para ellos. La cinta revelaba extraños movimientos con valijas en vuelos que llegaban al país y en otros que partían.
Todos fueron convocados en forma muy selectiva y en rigurosa reserva. Los empleados creyeron, en un principio, que se trataba de tráfico de oro. Mucho después, se enteraron del embarque de 60 kilos de cocaína. Este episodio, revela que la Secretaría de Inteligencia del país, conocía el affaire de la cocaína antes de que saltara a la tapa de los diarios.
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