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Moliné pide investigar si hubo presión a senadores
Periodista: ¿Qué opina sobre el silencio que mantienen los miembros de la Corte con respecto a su destitución?
Eduardo Moliné O'Connor: Cada uno toma las determinaciones que le parecen en momentos de crisis. La historia dirá cuál siguió el camino acertado.
•Tratados
P.: El ministro Enrique Petracchi dijo que el control de los diputados no debería convertirse en un mecanismo de extorsión...
E.M.O: Lo he sostenido siempre a lo largo de la defensa. La forma en que se comportó la Comisión de Juicio Político y el Senado, que juzgaron el contenido de sentencias, constituye un modo de obligar a los jueces a someterse al criterio que tiene el Congreso Nacional. Porque, si la sentencia no satisface al gobierno, inmediatamente se va a convertir en una causal de juicio político. No se puede responsabilizar a un juez por el contenido de su sentencia. Lo dicen también las reglas de las Naciones Unidas, que forman parte de los tratados que debe respetar la Argentina como miembro de esa organización.
P.: Si le hubieran pedido la renuncia, ¿habría aceptado?
E.M.O.: Lo habría considerado, como cualquier magistrado haría ante un pedido semejante. Pero indudablemente una solicitud de ésas también constituye una seria intromisión en la independencia del Poder Judicial, ya que es el deseo expreso de otro poder.
P.: ¿Por qué decidió enfrentar el juicio sabiendo que era arbitrario?
E.M.O.: En principio, porque las acusaciones que había contra mi persona eran gravísimas. Decían que mi accionar había creado un daño al Estado por 400 millones de pesos mediante un procedimiento fraudulento, entre otras cosas, y no lo podía permitir. En segundo lugar, porque tenía alguna esperanza en la decisión final del Senado.
P.: ¿La esperanza estuvo fundada?
E.M.O.: Sí, porque en la sesión en la que se decidió la destitución, la resolución final estuvodemorada durante varias horas porque el oficialismo no conseguía los votos necesarios para la destitución.
P.: ¿A qué atribuye que finalmente lo destituyeron?
E.M.O.: A que apareció Aníbal Fernández en el despacho del presidente del bloque, Miguel Angel Pichetto, haciendo toda clase de pedidos a los senadores. Algunos estaban reticentes, otros ausentes, con lo cual no tenían el número necesario para la sentencia.
P.: Si no se presentaba Fernández, ¿cree que cambiaba la decisión?
E.M.O.: Sí, porque si no para qué lo llamaron. Es inexplicable que en el curso de la votación de destitución aparezca el ministro del Interior. Es indebida la presencia de un miembro del Poder Ejecutivo en tales circunstancias. Habrá que investigar si los legisladores que participaron del juicio fueron presionados.
P.: ¿Esa es la principal irregularidad que ocurrió?
E.M.O.: No, hubo muchas. Hubo una decisión política del Presidente que fue cumplida rigurosamente por la gente que aceptó esa decisión en el Congreso. Hubo senadores que se pronunciaron y habían jurado la semana anterior, por lo que, obviamente, no habían tenido tiempo de leer los expedientes. Hubo una presión constante del gobierno, incluso a través de los medios de difusión.Algunos senadores, como Ada Maza, dijeron que se negoció hasta con envíos de coparticipación federal.
•Retorno
P.: Usted no fue inhabilitado para ejercer cargos públicos, ¿hay posibilidad de que vuelva a ocupar alguno?
E.M.O.: No lo tengo pensado en este momento porque, hasta que no esté firme la resolución que me destituye, no puedo tener ninguna actuación política ni de ninguna otra naturaleza.
P.: Si los conjueces convalidan su postura, ¿piensa volver a la Corte?
E.M.O.: Naturalmente, si estoy siguiendo la vía recursiva que permiten la ley y la Constitución, voy a volver.
P.: Petracchi dice que la Corteahora recuperará la transparencia...
E.M.O.: La Corte ha funcionado de esta manera con la presencia de Petracchi y el resto de los jueces que están ahora y que formaron parte del tribunal desde el año '90, cuando yo me incorporé. Y nunca se reclamó por falta de transparencia.
P.: ¿Por qué cree que comenzó el embate para renovar la Corte?
E.M.O.: Creo que comenzó con la decisión del tribunal de reconocer el derecho de los ahorristas a recuperar sus depósitos en la moneda de origen.
P.: ¿Qué repercusiones tendría un fallo que no reconociera ese derecho?
E.M.O.: Rompería una de las bases de la Constitución nacional y perjudicaría al país porque frenaría las inversiones extranjeras. Hoy en Harvard se estudia el caso argentino como un motivo importante para que los inversores que vengan al país pacten la cláusula del tribunal arbitral en los contratos. Es porque concluyen que no hay independencia del Poder Judicial.
P.: ¿Se siente perseguido?
E.M.O.: No, me siento discriminado porque el proceso se inició contra mi persona cuando las sentencias habían sido dictadas por la Corte.
P.: ¿Qué hubiera sido lo ideal?
E.M.O.: Que no se hubiera iniciado ningún juicio político por el contenido de una sentencia. Es una atrocidad jurídica, es un retroceso del país. No se respeta la independencia de los jueces.
P.: ¿Cree que puede haber una marcha atrás en su destitución?
E.M.O.: Espero que sí, que la Corte Suprema dicte la sentencia que corresponde dictar. Los tribunales internacionales ya fallaron en este sentido en un caso en Perú y otro en Venezuela, donde se restituyó a un juez por un proceso viciado como el mío, por lo que la jurisprudencia me da la razón.
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