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Otorgan libertad condicional a otro de los asesinos de Cabezas
José Luis Cabezas fue asesinado el 25 de enero de 1997 en una cava de General Madariaga, de dos disparos en la nuca, y su cuerpo fue hallado atado y quemado en el interior de su automóvil.
Por su parte, el otro representante legal de González, Fernando Burlando, señaló que los informes psiquiátricos y de comportamiento en el penal le permitieron a su defendido conseguir la excarcelación, además de otros requisitos referentes al tiempo de reclusión que llevaba.
En tanto, el abogado de la familia Cabezas, Alejandro Vecchi, reconoció que la libertad otorgada a uno de los asesinos del fotógrafo de la revista Noticias "es un nuevo golpe para la familia, en especial para Norma y José".
Los padres de Cabezas, cuando fue liberado Auge, se reunieron con el presidente Néstor Kirchner, para pedirle que intercediera en esta situación, dado que los asesinos de su hijo iban a quedar libres en poco tiempo.
La Justicia determinó que a Cabezas lo había matado una banda mixta conformada por policías y civiles, y su homicidio estaba directamente relacionado con su actividad profesional.
En ese sentido, se comprobó que los autores de los hechos actuaron por orden de Gregorio Ríos, quien era el responsable de la custodia personal del extinto empresario Alfredo Yabrán, sindicado además como autor intelectual del crimen.
Por el homicidio también fueron condenados Horacio Braga, José Luis González y Miguel Angel Retana (quien falleció en prisión), todos contratados por el ex policía Gustavo Prellezo para "amedrentar" a Cabezas.
En febrero de 2000, los camaristas Jorge Dupuy, Pedro Begué y Susana Yaltone, en un fallo dividido en algunos puntos, determinaron que Yabrán era el "instigador" del crimen de Cabezas.
Asimismo, responsabilizaron al jefe de la custodia del empresario, Gregorio Ríos, y al ex policía Prellezo, mientras que a otros dos ex integrantes de la fuerza bonaerense -Sergio Camaratta y Aníbal Luna-, se los condenó como partícipes primarios y recibieron reclusión perpetua.
Sin embargo, en noviembre de 2003, la Sala I de la Cámara de Casación Penal -integrada por los camaristas Horacio Piombo, Benjamín Sal Llargués y Carlos Natiello- cambió las calificaciones y las penas de casi todos los condenados.
Así, los imputados recibieron penas a 27 años (Ríos), 25 (Cammaratta), 24 (Luna), 20 (Braga) y 18 (González), en tanto la Suprema Corte de Justicia resolvió que la ley del "dos por uno" se aplicara durante el proceso judicial completo, es decir, hasta el fallo del máximo tribunal de la Nación.
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