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Pese a presión, Fraga no hizo de arrepentido
•Conflicto matrimonial
«¿Te venís a arrepentir?», lo apuró con ironía uno de los investigadores. Fraga Mancini apenas lo miró con el rabillo del ojo. Siquiera se perturbó.
Asistido por el abogado Pedro Bohmer, el cesanteado empleado parlamentario se mostró preciso en su relato y siempre negó que hubiera conocido algo sobre las coimas en el Senado.
Fraga Mancini fue citado por una entrevista en la que dijo que «más adelante» iba a hablar de los sobornos.
Cuando lo interrogaron por esa nota, lacónicamente respondió que se había referido a su situación personal y no al pago de coimas.
Su situación de indagado le impidió conocer que puerta de por medio los abogados del principal personaje de esta historia se aparecían en el juzgado: se trataba de los defensoresdel ex ministro de Trabajo-Alberto Flamarique. Los abogados le pidieron a Canicoba Corral presenciar los interrogatorios del canciller Rafael Bielsa, citado para el 25 de este mes, y de los edecanes de De la Rúa, que deberán declarar en los Tribunales de Retiro a partir de mañana. Flamarique nunca fue interrogado en la causa, ya que la indagatoria que había ordenado el juez Carlos Liporaci fue dejada sin efecto por su colega Gabriel Cavallo, luego de que la Cámara Federal confirmó la falta de mérito de once senadores.
Como a Fraga Mancini no le pudieron sacar una palabra de más, los investigadores decidieron someterlo a una pericia caligráfica para establecer si su escritura coincide con los números que aparecen en la famosa lista con los supuestos importes que recibieron cada uno de los senadores que se prestaron a aprobar la ley laboral de De la Rúa.
Una prueba similar realizó el ex senador Emilio Cantarero, procesado en la causa, y en los próximos días el juez podría ordenar la realización de un nuevo cuerpo de escritura, esta vez a Pontaquarto. Cuando terminó la indagatoria de Fraga Mancini, el mismo funcionario judicial le dijo: «Cuando te arrepientas, volvé». Poco serio.
Para mañana se espera la declaración del edecán, el teniente coronel Mario Troncoso, quien, según dijeron en el juzgado, no tiene obligación de guardar secreto.
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