Resultó interesante, anteayer, la presencia del funcionario Eduardo Luis Duhalde (Derechos Humanos) y del intendente Aníbal Ibarra en la sesión del Tribunal Oral que condenó con prisión y reclusión perpetua a los policías que forzaron a un joven (Ezequiel Demonty) a arrojarse al Riachuelo. Importaron las presencias por la voluntad solidaria de ambos dirigentes en acompañar la sanción de la Justicia. Sin embargo, estos testigos oficialistas de la condena no aparecieron 20 días antes en el castigo que la misma Justicia les aplicó a los secuestradores de Ariel Strajman, quien, además de las penurias del rapto, padeció la amputación de uno de sus dedos. Por esta última ausencia, quizás haya quienes interpreten que Duhalde e Ibarra sólo asisten a decisiones judiciales en que se pena a los policías, no a secuestradores.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Dejá tu comentario