La situación procesal de Simón Hoyos puede complicarse aun más en las próximas horas. Mientras suma una catarata de testimonios adversos, ahora el juez Luis Agüero Molina analiza la posibilidad de agravar la carátula en contra del empresario, y acusarlo de «corrupción de menores» y «privación ilegítima de la libertad».
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El viernes pasado, el chofer de Hoyos, Tomás Erazo, señaló que el empresario dejó embarazada hace unos años a una menor y confirmó que conoció a Sandra Rodríguez, quien denunció que fue violada por el letrado.
«Se creía un Dios del mundo, como si nada le podría pasar», dijo Erazo, en referencia a Hoyos y agregó: «Pero satanás ya lo había ayudado mucho y ahora deberá pagar absolutamente por todo lo que hizo».
En medios locales, el chofer de Hoyos contó que trabaja junto al imputado desde muy joven, y que tras realizar diversos trabajos en la finca San Clemente, terminó desempeñándose como chofer del abogado.
• Relato
El hombre relató el caso de una niña que habría sufrido una violación a los 9 años, de nombre Norma Abarza, quien «a los 13 quedó embarazada de Hoyos. Eso fue entre los años '76 o '77». Con respecto a esta niña, Erazo sentenció: «Al ver que se le podía venir un problema, Hoyos la echó de la finca».
Por otro lado, Hoyos volvió a quedar en las últimas horas sin abogado defensor y se hizo cargo nuevamente la defensora número 2, Ana Gloria Moya, quien aclaró: «Seguiré a cargo porque es mi obligación, pero será hasta que el acusado consiga un abogado defensor».
El viernes también pasó por los tribunales salteños la madre de la niña abusada, quien reconoció al juez que su hija le contó que el abogado «se metió con ella al hidromasaje del hotel alojamiento».
Eso explicaría dos detalles fundamentales: el pelo mojado de la víctima y el hallazgo de cabellos de la menor dentro de la bañera.
Si bien los primeros informes de los médicos legistas determinaron que no fue violada, la menor será sometida esta semana a nuevas pericias médicas y psicológicas.
Lo cierto es que desde la Justicia aseguran que el expediente «aumenta a diario sus folios», que «las evidencias contra Hoyos resultan lapidarias», y que Agüero Molina le comunicaría en la brevedad al acusado la nueva calificación penal. Esta («corrupción de menores») al igual que la anterior («abuso sexual agravado») no permite la excarcelación y -de ser hallado culpable-el abogado puede ser condenado hasta a 20 años de prisión.
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